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Opinión y Actualidad

“El parto respetado no es un antojo, es un derecho”

Voces a favor y en contra de una tendencia que cada vez eligen más familias. ¿Qué significa que un parto sea respetado?

02/02/2020

Por extraño que parezca, todo lo relacionado a la maternidad suele “dividir aguas” entre las mujeres; y parto y lactancia son dos de los temas que más evidencian la grieta. Y si la que pare, o amamanta, es una famosa, la cuestión copa las primeras planas de todos los medios.

Así, los tópicos que debieran aunar voluntades entre las que fueron madres o están por serlo, más bien generan todo lo contrario.

A poco de dar a luz a su segundo hijo, Zaira Nara posó con su pancita de ocho meses y contó a una revista que tendrá un “parto humanizado”, sin anestesia, oxitocina y esperando los tiempos naturales.

A partir de las reacciones que provocó que contara que quiere respetar el proceso natural del bebé y el de su propio cuerpo, volvió a hablar sobre su elección a través de Instagram. “Muy feliz, atravesando las últimas semanas de embarazo. Cargada de emociones, ansiedad, incertidumbre y mucha alegría por estar esperando a nuestro bebé. Por suerte, hoy por hoy las cosas avanzaron mucho y se respeta mucho más a la mujer que va a parir y a su bebé”, comenzó escribiendo.

Y explicó que su elección no es la única válida, que hay que acompañar el deseo de cada mamá. “Eso no quiere decir que solo un parto natural o humanizado sea la única opción para ‘ser respetada’. Tengo muchas amigas con partos que han sido intervenidos porque eso era lo mejor para el bebé y esa mamá en ese momento. Y han sido respetadas ellas, su proceso y su bebé. Y eso es lo importante, elegir un equipo de profesionales y saber que estás en las mejores manos”.

Otra de las que se manifestó a favor de tener un parto humanizado y recibió varias críticas fue Paula Chaves, quien espera junto a Pedro Alfonso a su tercer hijo.

“¡Jamás puede ser cool pedir que se nos respete, se nos informe y no ser separada innecesariamente de nuestros hijos, entre otras cosas! ¡Nadie es más madre por parir por parto o cesárea! ¡Buscar un parto humanizado es frenar la violencia obstétrica! Infórmense”, sostuvo a través de una publicación en cuenta de Twitter, que acompañó con el texto de la ley de parto humanizado sancionada en el país en 2004.

La ley 25.929 fue reglamentada en 2015 y defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y postparto.

Pero, ¿qué implica que un parto sea respetado? El término “parto respetado” -o “parto humanizado”- hace referencia el respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia -etnia, religión, nacionalidad- , acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.

El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.

Cuando se habla de parto respetado se hace referencia a que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de intervenciones innecesarias, así como a decidir la forma de controlar el dolor durante el parto.

Así las cosas, que se cumpla lo que promueve la ley -que por cierto no prevé sanciones para quienes no la respeten- depende más de la “buena voluntad del equipo médico y la información con que cuenta la mujer”. Así lo reconoció a Infobae la médica neonatóloga Diana Fariña (MN 62121), quien destacó que “si bien la sanción de la ley fue muy importante porque dio el marco para que la mujer pueda hacer cumplir sus derechos, está en cada institución y hasta en cada profesional garantizar su cumplimiento”.

“Que un parto sea respetado en la Argentina depende de la iniciativa del profesional y de la información con que cuente la mujer, por eso es tan importante empoderar a la población y principalmente a las mujeres, que son las que de ese modo van a poder exigir su cumplimiento”, consideró la especialista, quien, de todos modos, observó que “hay una relación de asimetría entre profesional y usuaria”.

Con todo, “pedir que se cumpla cada artículo de esa ley no es un antojo sino un derecho. Y siempre que sea incumplida se estará en presencia de un hecho de violencia obstétrica”. La licenciada en Psicología Luján Rossetto (MN 45356) fue contundente: “Lo primero que hay que poder decir es que lo que pedimos las mujeres que solicitamos un parto humanizado o respetado es casi lo mismo que comprar un auto y pedir que funcione. Es como pedir y aclarar lo obvio. Lo que sucede es que lo saludable, lo respetuoso y lo cuidadoso durante años ha sido omitido y violentado”.

Para ella, “tanto desde lo institucional como desde el modelo médico hegemónico las mujeres han sido violentadas innumerables veces a la hora de parir”. Y aclaró que cuando habla de parto no se refiere a la escena del parto propiamente dicha “sino a todo lo que tiene que ver con controles obstétricos, consultas, a todo lo que concierne en lo previo, en el embarazo y el puerperio”.

Y tras asegurar que “un parto respetado no es exclusivamente un parto vaginal, como tampoco es necesariamente parir sin anestesia”, Rossetto destacó: “Un parto respetado no es otra cosa que el derecho de que nos traten como personas, es el trato humanizado hacia la mujer y su bebé, donde la información y la garantía de derechos sean los protagonistas”.

“Una mujer puede decidir parir vía cesárea, con anestesia y sin embargo ser respetada -sostuvo-. Esta es la cuestión más de fondo que hay que poder comunicar. Parto respetado no tiene que ver con reducir la mirada a lo fisiológico; tiene que ver con entender que los únicos protagonistas son mamá y bebé”.

En los últimos tiempos, se asoció mucho que el parto respetado tiene que ver con una moda, con algo cool que está muy ligado al mundo de las famosas y esto -según la especialista- “lo único que hace es seguir perpetuando discursos médicos e institucionales violentos y que dejan a las mujeres enmarcadas en un lugar de sumisión”.

“Es muy importante correr el concepto de parto humanizado del concepto de snobismo, de dolor, de fisiología porque sino seguimos en una línea que atrasa y desvirtúa el punto más interesante y central de la cuestión que es ser respetadas en nuestros derechos a la hora de parir”, concluyó.