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Abril de 2024
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Ascendió con Quimsa, ahora es canillita y entrenador de inferiores

La historia del base que jugó en todas las categorías del básquet argentino y ahora reparte su tiempo en su kiosko y brindándole sus conocimientos a los jóvenes.

11/05/2020

Dejó una marca importante en Santiago del Estero jugando con la camiseta de Quimsa. Le regaló un ascenso al TNA en el año 2002 a un equipo que está en el recuerdo de todos. Vistió muchas camisetas en diferentes categorías y países y jugó en las selecciones juveniles de la Argentina. Tras su retiro se dedicó a ser canillita y desde el año pasado es entrenador de Inferiores. Se trata de Esteban Pierdominici.

El Tebi, como le dicen en Córdoba, pasó por todas las categorías del básquet nacional. Del torneo de la Asociación Cordobesa, pasando por la Liga Cordobesa, la Liga B, el Torneo Nacional de Ascenso (TNA, hoy Liga Argentina) y la mismísima Liga Nacional. En la actualidad, pasa sus días es el kiosco de diarios y revistas "La Gringa", en la Peatonal cordobesa. "En la base", como él la llama, recibe a los amigos, del básquet y de la vida. Mientras, espera que pase la pandemia del coronavirus para retomar sus actividades de técnico en Hindú Club.

"Tengo muchos amigos, el básquet me dejó muchísimos. Es lo que rescato, más allá de los títulos, los partidos ganados o perdidos, lo que perdura en la vida son los amigos. Celebro la cantidad que tengo", confiesa Pierdominici, en una charla con Mundo D, la sección deportiva del diario La Voz del Interior.

Pierdominici empezó jugando al básquet en 9 de Julio de Río Tercero. Cuando la familia regresó a la ciudad de Córdoba fue a Hindú y un paso por Instituto antes de comenzar el periplo por el país y también en el exterior. Con 17 años debutó en la Liga Nacional con la camiseta de Andino de La Rioja, donde estuvo por cuatro temporadas, el 26 de septiembre de 1997 debutó contra Boca.

Los santiagueños lo recuerdan en su paso por Quimsa. El base llegó al equipo en el 2001 y formó parte del plantel que fue campeón de la Liga B y logró el ascenso al TNA en esa temporada. También se despeñó en el plantel que jugó la primera campaña en la segunda categoría del básquet argentino.

Tras pasar por Quimsa, Esteban se fue a Tucumán BB, volvió a la Liga Nacional de la mano de Quilmes de Mar del Plata, pegó el saltó a las categorías de ascenso en España jugando en Caja Riojana, también en el ascenso de Italia, en Bati Teglia y Basket Agropolis; también jugó en General San Martín de Mendoza, Tiro Federal de Morteros y Estudiantes de Río Cuarto y lo último fue Racing de Nueva Italia, en la +35 de Córdoba "por placer".

De su largo andar por el básquet recuerda a hombres importantes que tuvo como compañeros. "El mejor fue el Cabezón (Esteban) De la Fuente en Quilmes. Hacía de todo y bien. Lo había visto como rival cuando fue MVP de la Liga y de las finales, pero tenerlo todos los días era lo más. Además, es un fenómeno de tipo", remarca. "En Andino compartí también con grandes jugadores como Gaby Díaz y la Panterita (Gustavo Roque) Fernández", suma Pierdominici, quien disputó 160 partidos en la Liga Nacional.

De selección

Pierdominici disfrutó de los procesos formativos de la selección nacional. "Era lindo compartir esas dos o tres semanas de concentración, más allá que después quedaras o no en el seleccionado. Mi primera experiencia fue en Carmen de Patagones y me tocó quedar afuera de los 12. Fue en el '95, en categoría Cadetes. Al final quedábamos 17 y había que cortar cinco, pero cortaron 6 porque claro un lugar, nos decían era para un chico que iba venir después e iba a quedar en la selección. Era el Chapu Nocioni... Una sola práctica y te dabas cuenta porqué quedaba en el equipo", recuerda.

Para Esteban los años que siguieron fueron vestidos de celeste y blanco. Primero el Sudamericano de Cadetes en 1996 y un año después, el Sudamericano Juvenil; ambos en Jesús María. "En los dos torneos perdimos la final con Brasil. En Cadetes no dirigía (Guillermo) Vecchio, y en Juveniles (Julio) Lamas".

"Jugaba (Luis) Scola, ya se notaba que era un distinto. Pero eran grandes camadas, había muy buenos jugadores... El Gabo Mikulas, Carlitos Delfino...", suma.

Ahora, canillita

En 1999, la familia Pierdominici compró el primer kiosco de venta de diarios y revistas. "Era un kiosco chiquito ubicado en Maipú y 25 de Mayo. Ahí arrancaron los viejos", cuenta.

"Cuando volví de jugar en España, me dicen que se vendía el kisoco de la Peatonal, en la 25 de Mayo, entre Alvear y Maipú. Era muy interesante el lugar, en la Peatonal. Y lo compré como inversión", resaltó "el Tebi". "Mientras yo seguía jugando, ese lo atendía mi vieja", suma.

"Ahora mi viejo atiende uno en la Chacabuco, vendimos el primero, y yo atiendo en la Peatonal. Todos los días charlo con el Titi Ciabattoni cuando pasa después de hacer su programa. Y cuando necesita alguna revista Mario Pereyra se la mando", cuenta Pierdominici.

"Me gusta ser canillita. Compré el kiosco sin saber que lo iba a trabajar, disfruto mucho estar en trato con la gente, entablo relaciones. Laburo de lo que me gusta y soy mi propio jefe jejee", destaca de "La base", como llama a su kiosco.

El DT

En 2019 Pierdominici se puso al frente de los equipos U16 y 19 de la categoría promocional del Hindú Club. "Si te digo que cuando era jugador pensaba en ser entrenador te miento, me picó el bichito después", confesó Pierdominici.

"El Pocho (Juan Pablo Caro) me insistió mucho para que haga el curso, me invitaba a las prácticas. Mi vieja también insistía, y bueno...", agregó.

"Me gusta mucho entrenar a los chicos. No se si algún día voy a dirigir a la Primera, por ahora disfruto de enseñarle fundamentos a los más chicos y transmitir mis conocimientos", concluyó.