Tras 17 años Estados Unidos volverá a tener una ejecución federal, luego de una decisión de un tribunal de apelaciones. Se tiene previsto que el condenado a pena de muerte Daniel Lewis Lee, de Oklahoma reciba una inyección letal hoy en una prisión en Indiana.
Lee, de 47 años, está acusado de un triple asesinato, entre los que se encuentra el crimen de una menor, según publicó el diario Evening Standard. En 1996 fue declarado culpable por los asesinatos de William Mueller; su esposa, Nancy; y su hija de ocho años, Sarah Powell. El hombre torturó y mató a la familia antes de arrojar sus cuerpos en un lago.
La familia del preso había intentado atrasar la ejecución, debido a que por la pandemia del coronavirus, no iba a poder asistir. Sin embargo, el Tribunal Federal de Apelaciones levantó ayer la petición al argumentar que ningún estatuto o reglamento federal les daba a las víctimas el derecho de asistir a la ejecución, según explicó la BBC.
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Las ejecuciones federales no son tan comunes en Estados Unidos. De hecho, CBS News observó que desde que se restableció la pena de muerte federal en 1988, sólo se ha avanzado contra tres acusados. La última que hubo fue en 2003, cuando Louis Jones Jr., un veterano de 53 años de la Guerra del Golfo, fue ejecutado por el secuestro, violación y asesinato de una joven soldado de 19 años, Tracie Joy McBride.
La decisión causó polémica
Ante la decisión de avanzar con la ejecución, grupos de derechos civiles y la familia de Lee manifestaron su preocupación. Además, está programado que esta semana se realicen otras dos ejecuciones más.
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El gobierno de Donald Trump había asegurado que reanudaría las ejecuciones federales después de una larga pausa el año pasado. "El Departamento de Justicia defiende el estado de derecho y le debemos a las víctimas y sus familias llevar adelante la sentencia impuesta por nuestro sistema de justicia", había dicho el fiscal general William Barr. Para los activistas, el Gobierno apuró las decisiones sobre la situación de las cárceles y creó una urgencia innecesaria en el medio del Covid-19.
También para la familia de las víctimas de Lee la decisión es polémica. Earlene Peterson, de 81 años, cuya hija, nieta y yerno fueron asesinados por Lee, se opuso a la ejecución. "Sí, Daniel Lee dañó mi vida, pero quitarle la vida no cambiará eso", dijo en un comunicado en video el año pasado.