La justicia le dio la máxima pena por cada una de las muertes producidas por un incendio intencional catalogado como crimen racista en Cisjordania.
Un colono fue condenado hoy a cadena perpetua por el asesinato en 2015 de un bebé palestino y de sus padres, muertos en el incendio criminal de su casa en Cisjordania ocupada.
"El acusado fue reconocido culpable de tres asesinatos, dos tentativas de asesinato, dos incendios criminales y crimen racista", afirmó el veredicto de 14 páginas del tribunal, informó la agencia de noticias AFP.
El tribunal de Lod había hallado en mayo pasado al joven colono Amiram Ben Uliel culpable de esos crímenes, y hoy fue condenado a un total de "tres penas" de prisión perpetua, una por cada asesinato.
En julio de 2015, el bebé de 18 meses Ali Dawabcheh fue quemado vivo mientras dormía luego de que fueran lanzados varios cócteles molotov contra su casa de Duma, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Su padre Saad y su madre Riham, quienes dormían durante el ataque murieron semanas después a causa de las quemaduras. Solo sobrevivió su hermano, Ahmed, entonces de cuatro años.
En su confesión, Ben Uliel afirmó que quiso vengar la muerte de Malachi Rosenfeld, un colono asesinado por palestinos, en Duma.
Amiram Ben Uliel no podrá pedir reducción de pena antes de cumplir 15 años de prisión.