El asesino de su ex pareja y su ex suegra era devoto de San la Muerte. El análisis del prestigioso investigador Alberto Tasso sobre el caso.
El prestigioso sociólogo, historiador y escritor Alberto Tasso realizó un profundo análisis sobre lo mágico-religioso en el marco de las conductas criminales, centrándose en el doble femicidio ocurrido días atrás en Monte Quemado.
El lunes pasado, Joge Vidal Fecha, devoto de San la Muerte, asesinó de un tiro a su ex pareja y a su ex suegra, Yésica Palmas (23) y Felipa Correa (39).
Noticiero 7 dialogó con el investigador Tasso, quien brindó su mirada acerca de la influencia (o no) de los ritos y la religiosidad en los crímenes de este tipo.
"La sociedad santiagueña es fruto de un mosaico de culturas que la poblaron y que mantuvo hasta fecha muy reciente, 1970, la mayor parte de su población rural. El santiagueño y la santiagueña son muy creyentes y lo manifiestan en la vigencia de sus cultos, que en muchos casos son santos, pero están acristianados porque son de origen mucho más remoto", comenzó relatando.
Y dio un claro ejemplo: "Mailín era un lugar de celebración y concurrencia muy antiguo. Se veneraba a una mujer, era una especie de Mayu Mamam pero del río Salado, o Bruja de los bañados. Con el tiempo, la aparición de la imagen de un santo lo convierte en una celebración propiamente cristiana. De ahí que tengamos mucha presencia de cultos. Pero, hablando de los femicidios, también hay casos de umbanda".
En referencia a San la Muerte, Tasso explicó que se trata de una celebración de mucha importancia en Santiago del Estero y toda América Latina.
"Para mí lo importante, en este caso (del femicidio de Monte Quemado), la pertenencia a un culto determinado de su autor se resalta porque es algo llamativo y extraño. Y se relaciona mucho implícitamente con juicios de clase, de la población rural y su ignorancia y barbarie", afirmó el sociológico.
"No generalizaría en las creencias del autor del femicidio, a quien técnicamente debemos considerarlo un femicida. Todos ellos expresan un rechazo a los avances de los derechos de las mujeres, al cual la violencia y el asesinato es su forma más cruda", concluyó.