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Opinión y Actualidad

Para tratar con China, primero hay que comprenderla

Un aspecto crucial de la política exterior argentina es y será la relación con China.

16/01/2021

Por Patricio Carbody (*), en el diario La Nación

Esta potencia juega y jugará un rol destacado en una estrategia de horizontes diversos que debe ser dinámica y no estática, reflejando los cambios de poder en el escenario global. Por ello, es esencial comprender la compleja naturaleza de China y sus objetivos a nivel doméstico e internacional. Así, esta relación debe ser conducida por individuos capacitados, y no puede ser dejada en manos de personas sin experiencia en Asia, o de cuadros ideologizados.

A nivel doméstico, China ha dejado claro que su sistema autoritario de gobierno es un fin en sí mismo, y no un camino intermedio hacia un Estado liberal. El Partido Comunista Chino (PCCh) se presenta hoy como una meritocracia, y argumenta que los beneficios que de ella recibe la sociedad más que compensan la falta de participación popular en su selección. Por ello, y para satisfacer las necesidades de la sociedad, "el desarrollo es el principio absoluto", como afirmó Henry Kissinger.

Así, un pilar de su desarrollo es incentivar el consumismo doméstico e internacional de los bienes que en forma eficiente produce. Ejemplo de esto es el reciente acuerdo RCEP (siglas en inglés de Regional Comprehensive Economic Partnership, Alianza Integradora Económica Regional), cuyas ventajas comerciales benefician a China, a la Asean, Corea del Sur, Nueva Zelanda, y hasta a rivales regionales como Japón y Australia.

A nivel internacional, China asume dos interesantes roles geopolíticos. El PCCh, que tomaba el 1949 -triunfo de la revolución de Mao Tsé-tung-, como la fecha fundacional de la China moderna, le recuerda ahora al mundo que China fue el primer firmante del Carta de las Naciones Unidas de 1945. Así, a pesar de que los firmantes eran del Kuomingtang (sus enemigos nacionalistas), China se presenta como miembro fundador del actual sistema global.

En paralelo, China procura posicionarse como el líder del sur global y el heredero del antiimperialismo no occidental de la era poscolonial.

China procura aumentar su influencia global sin profesar ideales liberales. Si bien defiende y se beneficia del sistema multilateral global -en particular en lo comercial y en cuanto a inversiones-, no tiene como prioridad mantener el orden liberal internacional, dado que no adhiere a sus principios. Pero China tiene una clara visión sobre cuáles deberían ser los pilares de un escenario global favorable: a) un fuerte compromiso con la soberanía nacional, b) el desarrollo económico, c) la expansión e integración de la iniciativa de la Franja y la Ruta, orientado a los intereses económicos chinos, y d) un escenario tecnológico global dominado por normas chinas.

En particular, el aspecto tecnológico se transforma velozmente en geopolítico, como lo demuestra la tecnología 5G en comunicaciones desarrollada por Huawei. Australia, Alemania, Japón, Nueva Zelanda, Estados Unidos -y recientemente la India y el Reino Unido- se niegan a utilizarla por razones de seguridad, ya que la información circulante puede llegar a manos del PCCh. Pero en África, América del Sur, Medio Oriente y el sudeste asiático, varias naciones muestran interés, dados su efectividad y buen precio, potenciando el rol de China como líder del sur global.

Entendiendo el accionar de China a nivel doméstico y global, es crítico para la Argentina mantener una relación benéfica. La Cancillería debe cumplir un rol central en este proceso, entendiendo el contexto e interactuando con la meritocrática burocracia china. Por ello es sorprendente la afirmación del ministro Solá: "Con China tenemos coincidencias de fondo que hacen a la visión del mundo en general". Las coincidencias pueden estar en lo económico y lo comercial, pero no en cuestiones políticas de fondo como la libertad y los derechos humanos.

Un rol clave es el del embajador argentino en China. Dado el poder económico chino y su tendencia a cooptar embajadores extranjeros, siempre estará presente el estigma expresado en un editorial de la nacion con respecto a un enviado a Pekín: "No sabemos si es el embajador de la Argentina en China o el embajador de China en la Argentina".

Dado esto, es imprescindible que este rol sea cumplido por personas de conducta intachable. Y evidentemente no puede ser ocupado por cuadros ideológicos abiertamente favorables al PCCh sin daños considerables para la Argentina en materia política y económica.

Como dijo el brillante premier de Mao, Zhou Enlai: "Cuando el lenguaje y las andanzas son demasiado extremas, los errores son inevitables".

(*) Especialista en relaciones internacionales; miembro consultor del CARI y del Cippec

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