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Para cumplir la última voluntad de un familiar, secuestraron y cremaron a un hombre con síndrome de Down

China. Lin Shaoren fue víctima de una familia adinerada que no quería incinerar a su pariente fallecido. Buscaron la manera de evadir la norma gubernamental que prohíbe los entierros tradicionales.

15/04/2021

Un hombre con discapacidad intelectual fue secuestrado, embriagado a la fuerza y asesinado dentro de un ataúd en China para que una familia adinerada pudiera incinerar su cuerpo en lugar del de su pariente muerto, eludiendo así una norma gubernamental que prohíbe los entierros tradicionales, informaron esta semana medios locales citando documentos judiciales.

Los hechos se remontan a 2017 en la prefectura de Shanwei, provincia de Cantón, donde una familia de apellido Huang, que no quería incinerar a su pariente fallecido, pagó 107.000 yuanes (unos 16.300 dólares al cambio actual) para que un hombre les consiga otro cadáver que pudieran cremar.


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La última voluntad de su familiar antes de morir de cáncer en febrero de ese año fue tener un entierro tradicional, en una ciudad en la que las incineraciones son obligatorias desde 2012.

En cuestión de días, el hombre contratado, también de apellido Huang, consiguió a su víctima identificada como Lin Shaoren, de 36 años, y que padecía síndrome de Down. El 1 de marzo de 2017, Lin estaba recogiendo basura cerca de su casa, cuando Huang lo secuestró y obligó a beber una gran cantidad de licor hasta que perdió el conocimiento.

Posteriormente, colocaron a la víctima dentro de un ataúd, lo sellaron con clavos para que muera en su interior e intercambiaron el féretro con el del otro difunto. El cuerpo de Lin fue enviado a la cremación, mientras que los restos del hombre que falleció de cáncer fue llevado en secreto a una parcela de la familia para un entierro tradicional.

Durante dos años la Policía local consideró a Lin como desaparecido antes de que sus familiares descubrieran que había sido asesinado gracias a una ardua investigación. Huang fue capturado en 2019 y a finales de 2020, un tribunal chino ratificó una sentencia de muerte suspendida en su contra.

Aunque los informes judiciales del caso fueron publicados en enero de este año, recientemente los medios chinos hicieron eco de este homicidio. Las autoridades del país asiático abogan por la cremación para recuperar la tierra para otros usos y porque consideran que es una práctica más amigable con el ambiente.