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Por qué dormir mal es un problema para la salud

Cuáles son las enfermedades y trastornos que puede ocasionar el insomonio persistente.

28/06/2022

Pregunta: Desde hace mucho tiempo duermo muy mal de noche, no más de 4 horas y eso que tomo un tranquilizante. Tengo 54 años y para peor durante el día estoy medio ida, me cuesta concentrarme y ahora me descubrieron una prediabetes. Le agradecería algún comentario. Felisa J. Caminante, Rosario

La cantidad de personas que presentan inconvenientes para dormir bien de noche es muy alta en la sociedad actual. En parte es atribuible a las estresantes condiciones de vida y en parte al uso de teléfonos o pantallas que disminuyen la producción de hormonas que favorecen un buen descanso nocturno como es la melatonina.

Dormir tiene para el organismo la misma importancia que alimentarse, hidratarse u oxigenarse de manera adecuada. Hasta no hace mucho tiempo se pensaba que durante el sueño nocturno el cerebro entraba en una especie de “modo pausa”, concepto que en la actualidad ha sido descartado ya que se ha demostrado que está tan activo como durante la vigilia.

No es lo mismo dormir mal una noche que si se instala como una tendencia prolongada ya que generará inexorables consecuencias negativas sobre la salud.

Se considera insomnio a la dificultad para conciliar o mantener el sueño de manera continua –sin despertares frecuentes–, con la sensación de haber descansado poco y generar durante el día dificultad para realizar de manera plena las tareas.

La cantidad de horas de sueño dependen en buena parte de la edad. Así, un recién nacido duerme entre 14 y 18 horas, el lactante entre 12 y 14, el niño en etapa escolar entre 11 y 12 horas y en la edad adulta, la mayoría duerme entre 7 y 8 horas por noche. Es esperable que el número de horas de sueño nocturno disminuya de manera progresiva a lo largo de la vida.

Aunque se acepta en general que en un adulto lo conveniente es que duerma entre 7-8 horas para tener una buena salud y bienestar, en realidad cada individuo debe satisfacer lo que se llama su cuota de sueño.

Sueños cortos y largos
Hay personas con un estilo de “sueño corto” y que necesitan pocas horas de descanso nocturno, con un promedio de 5 horas; otros tienen un estilo de “sueño largo”, durmiendo más de 9 horas por noche y están los de “estilo intermedio” –que conforman la mayoría– que duermen entre 7 y 8 horas. Algunas investigaciones indican que las personas con un patrón largo y corto de sueño, tienen un mayor riesgo de deterioro en su salud.

En la vida adulta, las mujeres tienen diferencias respecto a los hombres debido a los cambios hormonales propios de su condición femenina. Los aspectos fisiológicos normales en sus vidas, como la pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia, se asocian a una mayor susceptibilidad para tener alteraciones en el dormir.

Más todavía en la posmenopausia donde se produce una menor eficiencia de sueño por un aumento de los microdespertares, ocasionado principalmente por síntomas vasomotores como los sofocones y la sudoración nocturna, molestias propias del climaterio.  El insomnio que persiste mucho tiempo tiene peligrosos efectos sobre la salud ya que aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión, diabetes tipo 2, infarto de miocardio, obesidad, depresión, ansiedad, e incluso, muerte prematura. Además, también se lo considera un posible un factor de riesgo para desarrollar demencia, en especial la enfermedad de Alzheimer.  Por esto debe ser atendido como corresponde detectando las causas que lo originan.

Fuente: Clarín

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