Greg Kwedar dirige y Colman Domingo protagoniza este drama carcelario, nada convencional y basado en hechos, sobre un grupo de presos que se enfrentan a sus tragedias a través de la comedia.
Por Fausto Fernández
Para Fotogramas
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De una película que comienza aplaudiendo 'El sueño de una noche de verano', se encara con Hamlet y termina mejorando a Shakespeare tal como cantaban aquellos matones leídos del musical 'Bésame, Kate' (ficción y realidad interactuando) no se podía esperar un drama penitenciario al uso. Los presos devenidos actores de la película son capaces de enfrentarse a sus tragedias reivindicando la comedia: convirtiendo a Shakespeare en un espectáculo sin fronteras (viajes por el tiempo, iconos del terror ochenteros…), la puerta hacia la libertad en un espacio donde solo cierran y encierran.
Todos aprenden de todos: Divine G (Colman Domingo, inmenso) de Divine Eye (sorprendente Clarence Maclin) en su shakespeariano duelo; el profesor de arte dramático de los reclusos en cada ensayo y cada confesión, y el impersonal sistema penitenciario estadounidense de la admirable imperfección de hombres marcados por errores propios y ajenos. 'Las vidas de Sing Sing' no busca darnos un mensaje, sino hacernos partícipes de la grandeza del arte, acaso el último refugio de la bondad, el arrepentimiento y la humanidad.
Para juguetes rotos encerrados redimidos por la magia y libertad del teatro.