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Marzo de 2024
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Policiales

Así frustraron la fuga del lugarteniente del narco "Gallo" Andrada

Una presunta red de narcotráfico comandada por Claudio “Gallo” Andrada tendría una de sus ramificaciones en el Penal Federal de Colonia Pinto.

26/11/2013

Desde allí y a través de un sujeto identificado como “IB”, uno de los lugartenientes del “Gallo”, se asentaría una red de distribución y comercialización de cocaína y marihuana, puertas adentro de la prisión.

El “Gallo” Andrada adquirió notoridad el 26 de octubre pasado, al secuestrarse en Sinsacate (Córdoba) 583 kilos de cocaína.

Cual efecto dominó, en horas los gendarmes coparon la ciudad de Frías, Choya, y aprehendieron al sujeto.

Droga y poder
Al hombre se le endilga la jefatura de una poderosa organización, proclive a comprar y vender cocaína para ser destinada a Europa.

Allí radica el aspecto medular de una investigación timoneada por la Justicia Federal de Buenos Aires.
Tras la publicación de estos datos, ayer fuentes de la investigación indicaron que surgió nueva información sobre que la red no sólo seguiría vigente dentro de la prisión, sino que también continuaría con su accionar fuera de ella.

Pero ¿cómo operaban los miembros de esta organización?
Las fuentes señalaron que mediante las facilidades otorgadas a los reclusos a través de la tenencia de celulares sin control en forma permanente, la banda se habría manejado sin problemas puertas adentro de la prisión.

Por ende, dirigía con total tranquilidad desde allí las acciones que el resto de la banda cumpliría fuera de ella.

Los unos y los otros
Tanto “Pocho”, como “Córdoba” y “Mora”, todos condenados por tráfico de drogas, habrían secundado al “Pelado IB” y con la ayuda de otros reclusos y, según las denuncias, también de guardiacárceles habrían manejado el ‘negocio’ del “Gallo” dentro de la cárcel.

Cuando la situación se ponía complicada, cuando había que apretar o someter a algún recluso que se negaba a pagar o se creía que podría estar ‘vendiendo’ información, entraba en escena uno de los guardaespaldas de los ‘narcos de Pinto’.

De acuerdo con los investigadores, este personaje sería “JMV”, el reo que denunció tiempo atrás irregularidades en la cárcel.

Conocida la existencia de esta red, los esfuerzos de las autoridades carcelarias por desbaratar la banda se incrementaron día tras día. Las mayores requisas y los continuos controles pusieron en jaque las actividades llevadas a cabo por los ‘narcos de Pinto’.

Requisas y droga
Se pudo conocer que en las diferentes pesquisas realizadas durante este año se habrían secuestrado cerca de 600 pastillas e importante cantidad de cocaína y marihuana dentro de los pabellones.

Esto se habría puesto en conocimiento a las autoridades judiciales y policiales. Dentro del penal a los sindicados ‘narcos’ se los movía constantemente para que no pudieran comprar las voluntades del resto de los reos con los que compartían su vida.

Pero no fue tarea sencilla: las requisas e inspecciones dispuestas en la prisión eran delatadas continuamente por internos, vía celulares, y, según la investigación, por algunos guardiacárceles cómplices; por lo tanto el trabajo para desarticular las operaciones se hacía lento y dificultoso.

Esfuerzos fugaces
Sin embargo, los esfuerzos por lograr desbaratar la banda no pararon. A través de una larga investigación interna se habría logrado desarticular uno de los circuitos de ingreso de drogas. Pero no fue suficiente, la red seguía operando.

En plena investigación a algunos directivos que habrían encontrado indicios de cómo funcionaban los ‘narcos de Pinto’, se los acusó de ciertas irregularidades y fueron removidos de sus funciones.

Así, la investigación habría quedado inconclusa y archivada, pero al salir a la luz la detención del “Gallo” Andrada, algunos investigadores ya habrían requerido los informes que lo asociarían a la red de los “narcos de Pinto”.