El plantel merengue fue directo a la Plaza Cibeles, escenario característico para cada festejo blanco.
Ni el cansancio ni la lluvia pudieron empañar la gran fiesta del Real Madrid , cuyos jugadores celebraron al amanecer en el centro de la capital española con más de 30.000 fans la conquista de su undécima Champions League.
Tras la final de ayer en Milán, los jugadores fueron directo desde el aeropuerto, con una breve parada en el estadio Santiago Bernabéu, a la Plaza Cibeles, lugar tradicional de festejo de los éxitos del club blanco.
Cerca de las ocho de la mañana, el capitán del equipo, Sergio Ramos, desató el júbilo de los hinchas congregados alrededor de la fuente frente al Ayuntamiento de la ciudad al besar la estatua de la diosa, adornarla con bandera y bufanda del club y levantar la copa en el aire.
"¡Campeones, campeones!, oé, oé, oé", corearon los aficionados, que en algunos casos habían esperado más de siete horas hasta el arribo de sus ídolos.
Los futbolistas dirigidos por el francés Zinedine Zidane llegaron alrededor de las siete y media de la mañana. En el Bernabéu cambiaron a un micro sin techo y se dirigieron a la fuente.
Según medios locales y estimaciones de la policía, más de 70.000 personas llegaron a reunirse en la plaza madrileña durante la noche, aunque muchos padres con niños pequeños y personas mayores no pudieron esperar hasta la llegada de los jugadores.
Tras el 5-3 en los penales (1-1 en el tiempo reglamentario), miles de fans coparon las calles en la capital española y se dirigieron a la Plaza Cibeles. Entre ellos, muchos también de los cerca de 80.000 seguidores que vieron el partido en pantallas gigantes en el Santiago Bernabéu.
La fiesta está previsto que continúe hoy por la tarde con, entre otras cosas, una visita al Ayuntamiento y otro paseo en micro por la ciudad. El festejo oficial está programado para esta noche a las diez de la noche locales (las 5 de la tarde de la Argentina) en el estadio del club.