Pidió que en su esquela no hubiese motivos religiosos y sí un emoticon de WhatsApp.
Quién dice que no puedes irte del mundo dibujando una sonrisa en la cara de tus seres queridos? Carmen Bustamante, fallecida a los 75 años de edad, tuvo un último deseo que obligó a sus hijos cumplir. En su esquela, nada de motivos religiosos, la ilustraría un emoticon de WhatsApp.
Así fue como en El Periódico se publicó una esquela en la que aparecía un emoticon de WhatsApp, concretamente el que guiña un ojo y saca la lengua . Así que como no quería ningún motivo religioso, le solicitó a sus hijos que pusieran es en vez de la clásica cruz . Como explicaba uno de sus hijos, les dijo que si no hacían eso reviviría e iría a buscarlos.
Además, Carmen Bustamante aprovechó su esquela para despedirse de sus seres queridos:
“Acabó este viaje -en este mundo- en su casa en General Mitre, frente al antiguo campo del Espanyol, a los 75 años de edad, el 27/5/2016; y os agradece a los que la conocisteis que hayáis participado en este recorrido lleno de luz, de generosidad extrema y de orgullo de su isla (Menorca), de su apellido (Bustamante) y de todo su clan”.
En sus últimos días de vida, le pidió a sus hijos que pusieran ese emoticon, de hecho, reprodujo exactamente la cara que quería que pusieran. Ahí fue cuando sus hijos repasaron el grupo de WhatsApp que tenían con ella, y vieron que era el icono que más usaba.