Francisco Javier Sanhueza dialogó con la Televisión Nacional de Chile. Manejaba el colectivo que volcó y en el que murieron 17 personas.
Francisco Javier Sanhueza, el chofer que conducía el ómnibus que se accidentó en la provincia de Mendoza durante la madrugada del último sábado, rompió el silencio.
"Pido disculpas y ruego a Dios que esas personas a las que les causé todo el daño posible encuentren la calma", dijo. "No fue intencional, fue un accidente", agregó.
El episodio dejó un saldo de 19 personas muertas y 22 heridos, algunos de ellos de suma gravedad. Sanhueza podría enfrentarse a una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
"Sé el daño que he causado", lamentó y detalló que en el momento del hecho no fue capaz de percibir lo que ocurría.
En diálogo con la Televisión Nacional de Chile, el conductor negó que en algún momento alguien le hubiera indicado que redujera la velocidad.
"Perdí a mi familia, a mi pareja, a mi hijo", expresó. Por otra parte, manifestó que quiere hablar con representantes de la empresa TurBus "por una mejor asesoría". "No sé si con mi familia han hablado, conmigo nada", afirmó.
"Me siento totalmente deprimido, desconcertado", explicó. "Pido disculpas públicas al país por el hecho lamentable", concluyó.
Más temprano, Victoriano Gómez, vocero de la compañía, explicó a la prensa que "todo hace pensar que la persona no iba respetando la velocidad, que lamentablemente ha habido una falla humana". "Uno lo tiene que lamentar porque era absolutamente evitable", añadió.