La policía los interroga por presunto uso indebido de fondos de la Unión Europea.
La policía francesa arrestó hoy al guardaespaldas y la jefa del equipo de campaña de la ultraderechista candidata presidencial Marine Le Pen, para interrogarlos sobre un presunto uso indebido de fondos de la Unión Europea para pagar a asesores parlamentarios.
Los arrestos se produjeron dos días después que la policía allanara la sede del partido de Le Pen, Frente Nacional, en el este de París, mientras ella se encontraba en el extranjero.
Le Pen, preocupada porque los hechos impacten negativamente en su imagen pública y su actual favoritismo en las encuestas de intención de voto, dijo que estaba convencida de que los votantes no creerían estas denuncias mientras su abogado Marcel Ceccaldi, que calificó como una "manipulación" diseñada para desestabilizarla.
"Los franceses pueden diferenciar entre los escándalos genuinos y los trucos sucios políticos", dijo Le Pen citada por la agencia de noticias Reuters, quien previamente ha negado cualquier hecho ilícito en el asunto, a periodistas.
La Justicia francesa abrió hace dos años una investigación -a petición del Parlamento Europeo- ante las sospechas de que esas dos personas, contratadas como asistentes parlamentarios de Le Pen en la institución, no efectuaban en realidad sus funciones.
El Parlamento Europeo pide a Le Pen que devuelva la totalidad de las retribuciones recibidas por sus asistentes parlamentarios, casi 330.000 euros.
Un informe de la Oficina Antifraude de la eurocámara estimó que ninguno de los dos trabajó realmente para la eurodiputada.
El FN, por su parte, niega las acusaciones y asegura que se trata de una operación política contra Le Pen, favorita en las encuestas para la primera vuelta de las presidenciales francesas que tendrá lugar el próximo 23 de abril.
El FN es el partido que más casos pendientes por corrupción -media docena- tiene ante los tribunales por malversación y financiación ilegal.
El más reciente es el de sus 23 asistentes en el Parlamento Europeo.
En 2015, la Eurocámara tuvo sospechas de que 29 de los 60 contratos con colaboradores de los frentistas eran ficticios.
Un escándalo similar le está costando al candidato conservador Francois Fillon la posibilidad de competir con Le Pen -y, según los sondeos, vencerla- en la segunda vuelta de las presidenciales.