La modelo dio detalles de su relación con Calamaro.
Micaela Breque y Andrés Calamaro protagonizaron una separación muy mediática y, finalmente, la insistencia del cantante pudo más y decidieron apostar al amor nuevamente.
Ella hoy asegura que nunca dejaron de hablarse y que el impasse le sirvió para valorarlo más. Ahora conviven y tienen peleas como todas las parejas.
En diálogo con Pronto, Micaela, de 24 años, destacó que están muy bien juntos y "enamorados como el primer día".
Breque aclaró que cuando estuvieron separados no es que agarró sus cosas, se fue y lo dejó a la deriva: "Me encargué de él y si un día estaba bajón, lo llamaba por teléfono y trataba de calmarlo. Estábamos separados, pero nunca dije que lo odiaba; al contrario, quería verlo bien. Mi novio nunca dejó de ser una persona a quien quiero mucho".
Además, la modelo aclaró que nunca tuvo nada con el piloto cordobés Pablo Piumetto, con quien se la vinculó durante el verano. Ella explicó que forma parte de su grupo de amigos y que subió a Twitter fotos provocativas con él porque se enteró que una revista le iba a pagar a una persona por una imagen de ellos en un café.
Le encantó haber debutado en teatro de la mano de Florencia de la V (en el espectáculo Cirugía para dos), pero este verano quiere hacer un mix entre trabajo y vacaciones y aún analiza propuestas para televisión y teatro, mientras participa de desfiles como modelo de la agencia Life Chekka.
Micaela reveló que el día que tenga un hijo dejaría su carrera para criarlo, aunque aún se siente joven para tener un bebé: "Antes de ser mamá quiero hacer un montón de cosas".
Calamaro tiene 52 años, pero espera sus tiempos: "Andrés es compinche para todo, lo que le digo, él lo hace".