El bar ubicado sobre calle La Plata no seguirá funcionando. El juez penal Ramón Tarchini Saavedra procesó a su propietario y a un socio de nacionalidad coreana por "facilitación de la prostitución".
Casi diez días después de girársele el expediente, ayer el juez Ramón Tarchini Saavedra procesó al dueño y al presunto socio coreano por “facilitación de la prostitución” en el “Bar Karaoke Q”, en cuyas instalaciones habrían sido sorprendidas trece chicas “de la noche”.
Así lo confirmó ayer el abogado defensor, Adolfo Suárez, añadiendo que los procesamientos recayeron en el propietario del local de La Plata casi Bolivia, Manuel Orosco, y el ciudadano coreano Kim Wansoo, al parecer conocidos hace muchos años al montar otro “negocio” idéntico en la Costa.
En la misma resolución, el magistrado otorgó “la falta de mérito” a cinco trabajadores del local: ellos serían Romano Paz, Melián, Sandoval, Ruiz y Vega, a cargo de la seguridad, la atención de los clientes y de la cocina.
La redada
Todo se precipitó el 17 de octubre pasado, cuando la jueza Lucrecia Martínez Llanos y la fiscal Aída Farrán Serlé irrumpieron en el edificio, entre las 2.30 y las 7 de la madrugada.
La antesala de la redada al club nocturno fue siete meses de paciente vigilancia y un incidente, noches atrás, tras el cual una de las “trabajadoras” denunció ante la Justicia a una compañera. De paso, proveyó detalles del particular presunto negocio sexual.
El allanamiento fue materializado por una treintena de policías de las División Trata de Personas, Usar (Unidad de Situación de Alto Riesgo), y Trata de Personas de Tucumán. Secuestraron dinero, notebook y armas de fuego a un cliente oriundo de la ciudad de Quimilí, Moreno. “Facilitación y promoción de la prostitución” fueron las acusaciones enrostradas a los hombres, a cuya responsabilidad “trabajaban” trece mujeres de Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero.
En plena instrucción del proceso, la defensa recusó a las funcionarias y forzó el envío del expediente al juez Tarchini Saavedra.
El funcionario ayer dictó resolución y procesó a Orosco y al coreano, a quienes consideró “socios en la explotación del local comercial”, se supo en los Tribunales al mediodía.
Rápido, el abogado solicitó la excarcelación y el juez hizo lugar, previo pago de sendas fianzas de $ 40.000.