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8 razones por las que no hay que bañarse a diario

Este hábito tan extenso en nuestra sociedad, o al menos eso solemos decir, también tiene sus factores perjudiciales, sobre todo, por los componentes químicos que tienen los geles y champús.

20/04/2015

Seguramente a más de uno le espante la idea, pero cada vez hay más estudios que desaconsejan eso de ducharse todos los días. Estas son las razones por las que no hay que ducharse a diario.

Varios estudios parecen tirar por tierra lo beneficioso que es ducharse a diario. Este hábito tan extenso en nuestra sociedad, o al menos eso solemos decir, también tiene sus factores perjudiciales, sobre todo, por los componentes químicos que tienen los geles y champús.

Puede dañar la capa córnea

Según un estudio de la Universidad de California, liderado por el doctor Richard Gallo, la capa córnea, la más externa de la piel, puede verse dañada por el exceso de agua y jabones. Un hecho a tener en cuenta, ya que esta capa cumple una función de protección gracias a una serie de bacterias benignas que combaten las infecciones.

Piel seca e irritada

Otra de las razones por las que no hay que ducharse a diario es que lavar de formar repetida nuestra piel hace que ésta pierda sus componentes naturales, además de absorber grandes cantidades de agua, lo que termina derivando en una arruga y contracción de la piel que la va a hacer más propensa a la sequedad, la aparición de grietas y la irritación. Muchos médicos llegan a afirmar incluso que ducharse mucho y lavarse muy bien durante cada baño es más perjudicial que el hecho de no hacerlo.

Para intentar remediar estas consecuencias, debes utilizar jabones neutros, agua templada o fría y darte duchas cortas.

Exposición a bacterias

El aseo frecuente de la piel provoca una destrucción de las barreras protectoras que tenemos en ella (el manto ácido, hidro-lipídico y córneo), lo cual acaba con el mito de que las personas que más se lavan están menos expuestas a las bacterias, virus, hongos, o infecciones. Es más, ocurre justo lo contrario, son precisamente las pieles más limpias las más propensas a sufrir este tipo de cosas, pues que las bacterias penetren en una piel sucia es mucho más difícil. Así que ya sabes, si eres demasiado limpio quizás te encuentres con algunos problemillas de hongos.

El secado brusco también es perjudicial

Lo más recomendable a la hora de salir de la ducha es secarse al aire libre, pero como muy pocas personas disponen del tiempo suficiente como para dejarlo pasar mientras el agua de va secando, hay que limitar nuestra relación con la toalla o pasarla por nuestro cuerpo de la manera más suave posible. La toalla, por tanto, debe ser de un material fino y delicado.

Si eres de los que suelen restregar la toalla con fuerza por diferentes zonas del cuerpo, quítate esa manía, ya que esto perjudica aún más la piel.

Huye de los altos componentes químicos

No se trata de ninguna tontería, todos los componentes que entran en contacto con la piel acaban llegando al torrente sanguíneo. Por lo tanto, algo importante que debes hacer es usar jabones neutros, con bajo contenido en detergente, y no abusar de los exfoliantes y enjuagarte muy bien después de cada uso.

Además, ten en cuenta que solo las zonas más sensibles a la suciedad como genitales, pies, axilas y manos requieren de un enjabonado diario, pero en el resto del cuerpo no es necesario hacerlo, el lavado por arrastre del agua sería suficiente para esos sitios.

Derroche de agua y energía

Jamás hay que olvidarse del medio ambiente y es que hay numerosos ecologistas que defienden que la cultura de la ducha que tenemos instaurada en la sociedad occidental supone un gran impacto para el medio ambiente. Todos los días se derrocha agua y energía que se utiliza para calentarla, hecho en el que deberíamos pensar cada vez que nos metemos a la ducha cuando no es necesario.

Por cierto, que las recomendaciones de los especialistas son ducharse cada dos o tres días siempre que no se hagan esfuerzo físicos, lavarse las manos cada dos horas y utilizar el bidé diariamente.

Menos pérdida de tiempo

Si sigues las instrucciones que los estudiosos sobre el tema dan, es decir, centrarse en el lavado de partes sensibles como son las manos, pies, genitales y axilas, ganarás mucho tiempo en tu día a día. Piénsalo, ya puedes estar calvo u optar por no lavarte el pelo ese día, pero el simple hecho de quitarte todas las prendas de ropa, entrar a la ducha, enjabonarse, enjugarse, secarse y ponerse una muda nueva, ya supone un gran gasto de tu tiempo. Ya en escribirlo he tardado lo mío, la verdad.

Si eres de los que se duchan para "despertarse", prueba lavándote la cara por las mañanas, muchas veces, con eso basta.

Pierde su encanto

Ducharse es un placer. Es cierto que tras tener un día duro el sentimiento de renovación es mayor cuando pasas por debajo de la ducha, pero recuerda que si lo haces muy a menudo esta sensación disminuirá. Pasa con todos los placeres de la vida, si los realizas todos los días, pierden su encanto.

Estas son las razones por las que no hay que ducharse a diario, hábito que creemos está muy extendido en nuestra sociedad...hasta que tomamos el colectivo en hora punta o leemos el estudio de la empresa Hansgrohe que afirma que en España solo el 42% de las personas se duchan todos los días.