Santiago del Estero, Lunes 29
Abril de 2024
X
Locales

"Mucha gente comenzó a elegir lo hecho a mano"

En un recorrido por la Feria Artesanal 2017 hablamos con algunos artesanos y emprendedores sobre su producción. Relatos de pasión, aprendizajes y desafíos.

04/07/2017

TEJIDOS DE ATAMISQUI

Días atrás se inauguró la ya tradicional Feria Artesanal en el predio de “changolandia”, del Parque Aguirre. Miles de personas, turistas y santiagueños, recorren los stand viendo, admirando y adquiriendo la producción de los artesanos, quienes hablaron con Diario Panorama sobre su trabajo. 

Irma Rodríguez y Nilda Rodríguez son tejedoras de la ciudad de Atamisqui. Irma contó que fueron sus padres quiénes les enseñaron el arte del tejido cuando sólo era una niña. 

“Cuando salíamos de la escuela con mis hermanos llegábamos a casa y comenzábamos a hilar y confeccionar las telas como nos había enseñado mi madre”, recuerda Irma y agrega, “Yo les enseñé a tejer mis hijos y hoy en día todos participamos en esto. El tejido está en la historia de mi familia”. 

Cada frazada, cada camino de mesa y cada cartera que Irma tiene en su stand de la Feria Artesanal nació en el campo. Los hilos los confecciona con lana, los colores los obtiene de la chala de la cebolla y otras plantas del campo. La alquimia se cumple en el telar, el mismo que le enseñó a usar su madre hace muchos años atrás. 

Según cuenta Irma y Nilda, es el turista quién más interesada se muestra con sus productos. “Lo que más llevan son los caminos para mesas y frazadas”, aseguran. 

Una frazada de una plaza se puede comprar desde los 2.500 pesos, mientras que un camino de mesa de 1.20 metros se consiguen desde los 600 pesos.

CESTERÍA

Julia Sánchez, vive en Las Termas de Río Hondo y desde niña también aprendió el arte de la cestería, con el cual hoy elabora costureros, paneras y fruteras, las cuales expone en su stand cada año en la feria. 

“Hoy en día trabajamos toda la familia, pero mis hijos optaron por seguir otros caminos. Cuando yo deje de trabajar, esta actividad se perderá en mi familia”, cuenta Julia, quien es la encargada de exponer estos productos en diferentes puntos de Santiago y en la ciudad de Cosquín, Córdoba, en el mes de Enero, donde la gente se muestra más interesada en estos productos. 

Julio cuenta que sus elementos de trabajo son la paja brava, las palmas, que utiliza para coser, ayudándose con un punzón. La chala de maíz teñida es lo que le da el toque de color en las líneas de de la paja tejida de cada producto. 

“Una panera sencilla puedo elaborarla en 2 o 3 días, dependiendo de la complejidad del diseño. Algunas cosas que son mucho más elaboradas pueden tardar 2 o 3 semanas, cuando el trabajo es más fino”, remarca Julia. 

CURTIEMBRE Y MARROQUINERÍA 

Antonio Galván se dedica a la marroquinería y a la curtiembre, oficios que aprendió en su pueblo, Pozuelos, en el departamento Río Hondo.

Carteras para mujer, billeteras de diferentes tamaños, cinturones, porta-termos, llaveros, vainas para cuchillos y mochilas son algunas de las tantas cosas que Antonio fabrica con sus manos, usando cueros de iguana o lampañaguas. 

Para Antonio, todo comenzó hace 15 años cuando abrieron una escuela de capacitación de adultos al frente de su casa en la escuela. Allí se dictaban 10 cursos diferentes, pero el de curtiembre fue el que más le atrajo. El profesor era un amigo de él y luego de un mes de clases comenzó a enamorarme de esta actividad. “Tengo 62 años y amo esta actividad, es mi pasión”, asegura.

“A mí familia siempre le digo que cuando yo termino un trabajo, por más pequeño que sea, es como si naciera un nuevo hijo. Quiero mucho a mis prendas y a todo lo que hago”, asegura Antonio y remarca “cuando a la gente le gusta mi trabajo y me felicita, me resulta más valioso eso que el dinero en sí mismo”. 

En el stand de Antonio se pueden encontrar cintos sencillos, elaborados íntegramente de cuero, desde 150 pesos. El precio aumenta según el diseño y la complejidad de la elaboración. Las billeteras arrancan desde 200 pesos, valor que varía dependiendo de tamaño. 

TEJIDOS WARMI SULATA 

Elvira Ibáñez también tiene un stand en la Feria Artesanal 2017. Allí se pueden encontrar tejidos bajo su propia marca, Warmi Sulata. 

“Lo que tejo lo hago con la técnica del ganchillo artístico y me gusta combinarlo con dos agujas”, cuenta Elvira, quien comenzó con esta actividad desde niña y fue mejorándola con el paso de los años. 

“Cuando uno aprende a tejer lo hace de manera tradicional, de manera continua. El toque artístico comienza cuando se crea un diseño propio, con algún dibujo plasmado en el tejido. Es eso justamente lo que hace a la prenda única, Lo mismo hace mi compañera Valeria, ella teje el tricot tradicional, pero con horquilla. Eso es lo que le da al tejido un calado particular”, explica Elvira. 


Desde su experiencia personal asegura que “la gente ha vuelto a elegir lo hecho a mano. Es como que se la producción en serio saturó mucho ya”. 

Respecto a la materia prima, Elvira cuenta que todos los hilados los consigue en Santiago. “Aquí hay muy buenos negocios que tienen consideración para con las tejedoras. Una vez fui a Buenos Aires, a varios lugares, en busca de los insumos que necesitamos, pero no logré que los vendedores me mejoren el precio que tengo en Santiago. Eso es una gran ventaja para las tejedoras”. 

En el último tiempo se notó un incrementó del movimiento de emprendedores, el cual se observa en un franco crecimiento. Al respecto, Elvira remarca que “hay fundaciones, como por ejemplo Yaku Sumaq, que alientan a la mujer emprendedora. Desde allí hay una motivación constante a crecer”.