Se sabe que el amamantamiento brinda, además de la mejor nutrición, inmunidad y un apego seguro. Ahora, investigaciones aseguran haber descubierto la manera de lograr una mejor aceptación de los vegetales durante la infancia.
Todo lo que la mujer consuma durante el embarazo y la lactancia llega a su hijo, primero por la placenta y luego a través de la leche materna. De ahí que en ese tiempo deba tenerse especial cuidado con lo que la madre toma y come, en pos de no "transportar" al organismo de su bebé alcohol, medicamentos u otras sustancias.
Hay quienes incluso aseguran que alimentos como el brócoli, la cebolla cruda o los picantes podrían modificar el sabor de la leche materna y generar rechazo en el niño.
En algo de eso deben haber basado su estudio investigadores estadounidenses, que concluyeron que "el amamantamiento podría ayudar a los niños a comer todo tipo de vegetales después de la exposición a su sabor a través de la leche materna".
Así, los científicos habrían encontrado el secreto para que los niños adquieran el saludable hábito de comer verduras, que muchas veces tanto cuesta a los padres establecer. Según los investigadores, los bebés cuya madre come muchos vegetales en su dieta mientras amamanta tendrán muchas menos probabilidades de rechazar esos alimentos cuando deban comenzar a incorporarlos a su alimentación.
Y tras asegurar que los recién nacidos expuestos al sabor sutil de las verduras a través de la leche materna se acostumbran mejor a la presencia de ellos en su dieta, los investigadores remarcaron que "esto hace menos engorroso el proceso de servir 'verdes' en el plato cuando comienzan a comer sólidos".
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