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Deficiencia de vitamina D: 12 cosas que podemos sufrir

Es importante saber identificarlo y, por supuesto, tomar las medidas necesarias para mejorar su absorción todos los días.

21/09/2017

¿Sabías que los problemas de depresión y los cambios de humor pueden estar relacionados con la falta de vitamina D? Esta es determinante a la hora de liberar endorfinas

La vitamina D es un nutriente soluble en grasa que, unido con otras vitaminas y minerales, ayuda a regular el funcionamiento de los sistemas principales del cuerpo.

Se obtiene de forma natural mediante la exposición de la piel a los rayos del sol, aunque también se puede encontrar en alimentos y suplementos.


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Se destaca por ser esencial para la absorción del calcio y el fósforo, dos minerales que mantienen fuertes las piezas óseas y dentales.

Entre otras cosas, es necesaria para los músculos, el cerebro, el corazón y otros órganos cuyo buen funcionamiento garantiza una buena calidad de vida.

El problema es que no todos consiguen obtenerla en niveles adecuados y, debido a esto, se desencadenan síntomas y problemas de salud que tienden a empeorar cuando no se atiende pronto la deficiencia.

Por esta razón es importante saber identificarlo y, por supuesto, tomar las medidas necesarias para mejorar su absorción todos los días.

¡Descúbrelo!

1. Debilidad muscular y ósea

Los músculos y los huesos se resienten con más facilidad cuando los niveles de vitamina D se reducen de forma significativa.

Esto se debe a que también genera desbalances en los niveles de magnesio, que es otro mineral fundamental para conservarlos fuertes y sanos.

2. Depresión

Las bajas en los niveles de este nutriente esencial están asociadas con la tendencia a sufrir irritabilidad, depresión y cambios de humor bruscos.

La vitamina D participa en la segregación de las hormonas del bienestar y, por lo tanto, su deficiencia afecta la salud mental.

3. Inflamación y dolor

Como muchos otros nutrientes esenciales, la vitamina D participa en el control de los procesos inflamatorios del cuerpo, evitando problemas como la sensibilidad al dolor o enfermedades articulares.

Sus niveles bajos aumenta el riesgo de padecer este tipo de trastornos, dificultando la lucha contra los dolores crónicos.

4. Problemas dentales

Como ya hemos indicado, la falta de vitamina D dificulta la absorción y buen uso del calcio en los dientes, incrementando el riesgo de infecciones y pérdida de piezas dentales.

Esto, además de los problemas inflamatorios que implica, genera síntomas como el enrojecimiento, la inflamación y sangrado de las encías.

5. Presión arterial alta

Uno de los aspectos que se deben tener en cuenta cuando la presión arterial incrementa son las posibles deficiencias nutricionales que se vinculan a esta.

Aunque este trastorno cardiovascular se produce por múltiples factores, la falta de vitamina D puede causar complicaciones.

6. Sensación de fatiga

La poca absorción de vitamina D en el organismo influye en el rendimiento físico y mental, generando una fuerte sensación de fatiga en los pacientes afectados.

A menudo, la persona está somnolienta y difícilmente puede cumplir con las tareas cotidianas que acostumbra a realizar.

7. Aumento de peso corporal

Dado que la vitamina D es uno de los nutrientes solubles en grasa, las personas con sobrepeso y obesidad necesitan absorberla en mayor cantidad.

Sus niveles bajos complican la actividad metabólica y, por lo tanto, provocan dificultades para recuperar un peso sano.

8. Asma

La deficiencia de este nutriente se relaciona con las dificultades en el tratamiento del asma, dado que está vinculada con las funciones pulmonares inferiores.

Su correcta asimilación facilita el control de este problema respiratorio, ya que bloquea las proteínas que generan inflamación en los tejidos del pulmón.

9. Colesterol alto

Entre las funciones que desempeña esta vitamina en el organismo está su relación con la limpieza del colesterol malo (LDL) que se acumula en la sangre.

Una persona que no consigue mantener una cantidad apropiada tiene más riesgo de sufrir los efectos de la hipercolesterolemia.

10. Gripe y resfriado

Tener unos niveles bajos de vitamina D afecta la producción de anticuerpos por parte del sistema inmunitario y, por ende, hay mayor probabilidad de sufrir gripes y resfriados de manera recurrente.

El agravante en estos casos es que, debido a la insuficiencia, los conductos y tejidos respiratorios tienden a irritarse con más facilidad.

11. Problemas intestinales

Los problemas de absorción de grasa tienen un vínculo con la deficiencia de vitamina D y, a su vez, estos influyen en el desarrollo de problemas intestinales.

Es primordial mejorar su absorción en casos de:

Sensibilidad al gluten (celíaca y no celíaca)

Enfermedad de Crohn

Enfermedad inflamatoria intestinal

12. Sudoración excesiva

Con la poca absorción de este nutriente se producen cambios hormonales que pueden generar síntomas como la sudoración excesiva.

Es común que, durante la jornada, el paciente sienta exceso de sudor, sobre todo en la cabeza.

¿Identificas estos síntomas? Si sospechas de esta deficiencia nutricional, procura aumentar el consumo de los alimentos que lo contienen y, si es posible, absórbela mediante baños de sol cortos.

Ten en cuenta que en este último caso es muy importante tener precaución, ya que los rayos solares tienen efectos contraproducentes cuando hay exposición prolongada y sin protección.