El mandatario fue recibido por Bashar Al Assad en la base aérea de Hmeimim. Se espera que luego viaje a Ankara para reunirse con Recep Tayyip Erdogan, a dos días de la cumbre de líderes musulmanes que tratará el estatus de Jerusalén como capital de Israel.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, realizó este lunes una visita sorpresa a la base militar que su país mantiene en Siria y anunció que planea retirar parte de las tropas destinadas allí.
Putin fue recibido en la base aérea de Hmeimim, en el oeste, por su par sirio Bashar al Assad, a quien desde 2015 presta ayuda militar en la guerra civil que ha destruido a Siria, y por el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, según reportaron agencias rusas.
"Le ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor comenzar el retiro de las tropas rusas a sus bases permanentes", dijo Putin frente al personal militar de la base.
El mandatario ruso señaló que en el espacio de dos años las fuerzas armadas de Rusia y Siria habían "derrotado al más aguerrido grupo de terroristas internacionales", y que entonces había tomado ahora la decisión de reducir significativamente el número de tropas y enviarlas de vuelta a Rusia.
La base aérea de Hmeimim se encuentra en las afueras de Latakia y sobre el Mar Mediterráneo, unos 220 kilómetros al norte de la capital, Damasco. Fue construida a mediados de 2015 como un anexo al aeropuerto internacional Bassel al Assad y desde septiembre de ese año es el cuartel general de la aviación rusa en su campaña de bombardeo contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) y los rebeldes que se enfrentan al gobierno de Al Assad.
En enero de este año Siria y Rusia firmaron un acuerdo cediendo la base a Moscú por 49 años, con la opción de sumar otros 25 al fin de ese plazo.
La visita de este lunes no estaba anunciada, y Putin se trasladó luego a El Cairo para reunirse con el presidente Abdel Fattah al Sisi.
Se espera también que el mandatario ruso viaje este lunes a Turquía para reunirse con su par, Recep Tayyip Erdogan, y discutir la situación en Siria y en Jerusalén, que fue recientemente reconocida por Estados Unidos como capital de Israel, provocando tensiones en Medio Oriente.