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Luego de 50 años de cautiverio, liberarán a Pelusa, la elefante del zoo de La Plata

El animal de 52 años viajará a un santuario en Brasil el próximo mes de abril.

04/03/2018

A los 2 años, Pelusa llegó a La Plata por un proyecto de intercambio de especies, como el viejo juego de figuritas. Corría 1968 y el encierro de animales era una idea que crecía y se afianzaba en el mundo entre quienes consideraban que tenía el derecho de ver en plena ciudad y a pocos metros de sus ojos a cualquier especie animal nacida en la selva africana u otras latitudes sin reparar en cómo llegaron hasta allí ni en qué condiciones vivían. Lo que sucedía en recintos ajenos, reducidos y atestados de personas.

A dos años de su llegada a la capital de Buenos Aires Pelusa perdió a su compañera de jaula y desde entonces vive sola. Hoy, tras 50 años de cautiverio, las autoridades locales prometen que "entre marzo y abril" será trasladada a un santuario de Brasil.

Y eso es lo que espera Pelusa nacida en 1966 en Hamburgo, Alemania, y trasladada a los 2 años al zoológico de La Plata por un proyecto de intercambio de animales de distintas especies ideado por el entonces director del predio, el veterinario Arturo Berthi.

Al momento de llegar al ex zoo se encontró con Kendy, otra elefante que murió dos años después. La soledad que entonces había comenzado aún la mantiene. "Los elefantes son animales sociales que en la naturaleza viven en manada y el cautiverio les hace mucho daño, todavía más si es en soledad", aseguran desde la agrupación animalista SinZoo.

"Las posibilidades del traslado de Pelusa son reales"

"Estamos en la recta final ya que en éste último año se recuperó de las afecciones que tenía y mostró vitalidad; y es en función de esa mejoría que la junta de veterinarios autorizó el traslado al santuario de elefantes de Brasil donde estará con animales de su especie. Esta es la recta final y las posibilidades del traslado son reales", aseguró a Infobae Germán Larran, subsecretario de Gestión Ambiental de La Plata.

La recuperación por la que se trata a Pelusa es una pododermatitis aguda, infección común en las patas de los elefantes que viven por años cautivos (zoológicos y circos) caminando sobre sustratos inadecuados y sobre sus excrementos, imposibilitados de caminar las grandes distancias propias de su especie. Ésta se agrava en los gerontes si no se los saca del lugar que la provoca.

Por eso, cuando se la detectaron el cuerpo médico comenzó a trabajar para revertirlo y en diciembre del año pasado contrataron a un especialista que llegó desde la India para evaluarla y tratarla, Rinku Gohain, director general, fundador y veterinario principal de la Fundación Airavat para la Conservación de la Vida Silvestre.

"Estamos examinando el comportamiento de Pelusa, su condición física y mental, y recolectamos todos los datos sobre cómo se siente con el clima, el suelo. Además analizamos cuán cómoda se sentiría yendo hacia un lugar nuevo", había explicado Gohain respecto de su trabajo a la prensa local. Su tratamiento fue efectivo, según consideró Larran y "entre marzo y abril —adelantó al portal de Infobae—podría irse. No es aconsejable que llegue el frío".

¿Qué falta para que Pelusa sea trasladada a Brasil?

El santuario de elefantes del Mato Grosso la espera y para que llegue allí quedan tramites y certificados por completar.

"Comenzó un proceso de recuperación importante para que esté con fortaleza física y emocional y pueda aguantar el viaje que la llevará a Brasil. Para lograrlo se está moviendo autoridad de Fauna de la provincia de Buenos Aires, que autorizó el traslado, y además nos presentamos ante la autoridad de Fauna de Nación para comenzar el traslado", explicó Larran sobre los pasos que están siguiendo y que también realizan en Brasil para recibirla.

"Se espera los dos permisos. El ministerio de Agroindustria de Brasil emitió un certificado de requisitos para que se traslade y eso es lo que hay que completar; cuando esté avanzado se preparará el viaje", argumentó el representante de Ambiente platense.

Lo que sigue es un período de adaptación y preparación para el anhelado viaje que la llevará por tierra hasta la que será su morada final. El traslado llevará unos 4 ó 5 días y la adaptación y logística para eso la hará la gente del santuario que vendrá a buscarla y la acompañará junto a un equipo de especialistas que prometen cuidar de ella en el camino.

Durante décadas Pelusa vivió en un espacio reducido y recién el año pasado, a causa de su malestar, se le preparó un recinto más grande que le permite caminar y pisar tierra.

Ante la confirmación del inminente traslado de Pelusa, ahora, todas las miradas apuntan a las autoridades del ex zoo porteño que aún no dan respuestas sobre el traslado de Mara, otra elefante cautiva que también espera vivir en libertad.