El futbolista de Racing protagonizó un incidente de tránsito en Lanús. No lo detuvieron pero tuvo que dejar su auto.
El domingo había sido redondo para Ricky Centurión por su gran actuación en el 5-0 de Racing a Patronato. Todo era sonrisas. Pero el lunes no comenzó bien para el volante de la Academia.
Y el motivo es el incidente de tránsito que protagonizó hace apenas unas horas, en Lanús, cuando iba a bordo de su auto. Según contaron testigos, todo comenzó cuando agentes de tránsito advirtieron que una camioneta BMW color negra, con los vidrios polarizados, había pasado un semáforo en rojo y le dieron la voz de alto.
Al detenerse, advirtieron que se trataba de Ricardo Centurión. Pero lo peor estaba por llegar, ya que luego de señalarle que había cometido una infracción y que había puesto en peligro su vida y la de un grupo de chicos que intentaba cruzar la calle para ir al colegio, le avisaron que iba a ser sometido al tradicional control de alcoholemia. Pero el futbolista se negó.
Ante esta actitud, los agentes procedieron a llevarse el auto de Centurión, desde donde emanaba un fuerte olor a alcohol. Enojado y molesto, el hombre de Racing atinó a cubrirse la cabeza con un buzo para no ser reconocido pero ya era tarde. Así, caminó unos metros y paró un taxi para retirarse del lugar.