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Conmoción en Rosario por joven acribillado: recibió más de 30 disparos

La víctima fue identificada como Alan Ezequiel Pedrasa, un joven de 21 años cuya familia había denunciado el jueves a la noche que no había regresado a su casa.

14/04/2018

Al costado de un camino rural de Ibarlucea, a unos 20 kilómetros de Rosario, el cuerpo de un joven fue hallado ayer al mediodía literalmente acribillado a balazos, un hecho que por sus características tiene un claro tinte mafioso y se asemeja a otro crimen ocurrido hace casi dos años en el mismo lugar (ver aparte). La víctima fue identificada como Alan Ezequiel Pedrasa, un joven de 21 años cuya familia había denunciado el jueves a la noche que no había regresado a su casa luego de asistir a ver el partido entre Rosario Central y San Pablo por la copa Sudamericana. Es más, advirtieron que a la noche recibieron un mensaje sugestivo que hacía presagiar lo peor. "Andá a llevarle flores", le anunciaron a través de un llamado telefónico anónimo.

Un peón rural atravesó la poco transitada avenida de Los Incas, un ancho camino de tierra que bordea el cementerio jardín de Ibarlucea y corta la ruta 34 justo a la altura del cementerio jardín de Ibarlucea. A unos 700 metros hacia el oeste, casi en la zanja, se topó con una imagen macabra: un cadáver entumecido boca abajo con la ropa agujereada por los impactos de bala.

De inmediato dio aviso al 911 y en el lugar se hizo presente una comisión de subcomisaría 17ª de la vecina localidad, personal de la brigada de Homicidios y del gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI), y el fiscal de la unidad de Homicidios Dolosos Florentino Malaponte.

El cuerpo estaba boca abajo, vestido con un pantalón de buzo negro y una remera de algodón. En primera instancia no se pudo establecer la identidad, pero con el correr de las horas y a partir del entrecruzamiento de datos crecía la posibilidad de vincular el crimen con la denuncia de desaparición de Pedrasa.

Saña
"Tenía por lo menos 34 orificios y varios roces de proyectiles en distintas zonas del cuerpo", describió una fuente cercana a la pesquisa, lo cual permite mensurar la gran cantidad de disparos que le efectuaron al joven y la saña con la que actuó el o los sicarios. Ese dato se hilvana con los evidencia balísticas, ya que alrededor del cuerpo se hallaron aproximadamente 28 vainas servidas nueve milímetros.

Mientras los peritos y el fiscal realizaban las tareas de levantamiento de rastros y evidencias, y casi descartaban la posibilidad de obtener testigos por las características del terreno (campo a ambos lados del camino), tomaba más fuerza la posibilidad de que la víctima se tratara de Pedrasa, ya que coincidía la fisonomía y vestimenta aportada por su familia al momento de realizar la denuncia por averiguación de paradero.

Según expusieron en la comisaría 15, Alan había salido el jueves para asistir al estadio de Rosario Central, donde el local debutaba a partir de las 21.30 con San Pablo por la Copa Sudamericana. Pero aunque no regresó a horario, la sospecha de algo más grave e inquietante se fundó en una llamado telefónico. "Andá a llevarle flores", sembró una voz anónima del otro lado del aparto a una persona del entorno de joven.

Confirmación
Recién a las 17 cuando la mortera llegó al lugar del homicidio para levantar el cadáver y trasladarlo al Instituto Médico Legal (IML) para realizar la pericia dactilográfica y la autopsia, la familia lo identificó y confirmó que se trataba de Alan Ezequiel Pedrasa, de 21 años, conocido bajo el apodo de "garrafa" y domiciliado en Tablada. La zona, junto a República de la Sexta y Parque del Mercado sumó en los últimos días varios crímenes y balaceras, que se suman a la histórica secuela de enfrentamientos de bandas que disputan ese territorio.

Lo cierto es que a partir del único elemento certero que pudieron recoger los investigadores en los alrededores de la escena del crimen, ya que algunos puesteros y lugareños escucharon la ráfaga de disparos entre las 20.30 y las 21 del jueves, los pesquisas entienden que Alan nunca cumplió con el deseo de ver el partido de Rosario Central, y en su lugar fue raptado y trasladado hasta el lugar donde finalmente fue aniquilado de múltiples disparos.

El fiscal Malaponte ordenó una serie de medidas orientadas a desentrañar la compleja motivación en la que pudo anidar el furtivo y sangriento crimen. Para ello serán de importancia las pericias balísticas sobre las vainas halladas, la captura de imágenes de cámara de seguridad de la ruta 34 (hay varios moteles en la zona), entre otros elementos. Aunque tampoco se abandona el rastreo de posibles testigos oculares.

Fuente: La Capital de Rosario.