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La Iglesia de Chile crea una oficina para denunciar abusos

Fue decisión de los enviados papales al concluir ocho días de reuniones con las víctimas.

20/06/2018

Ocho días duró la visita a Chile de los enviados del Papa, el obispo de Malta, Charles Scicluna, y monseñor Jordi Bertomeu. Fueron ocho jornadas que convulsionaron a toda la Iglesia chilena y su vínculo ineludible con los casos de abusos sexuales, el lastre que tiene sumida a esta institución en una de sus crisis más importantes de los últimos años.

El domingo hubo nuevos pedidos de perdón por parte de Francisco por defender a Juan Barros como obispo de Osorno, más denuncias contra sacerdotes y el compromiso de que por fin se hará justicia.

Al finalizar su misión, los religiosos entregaron un último discurso en dependencias de la Nunciatura Apostólica de Santiago, en el que anunciaron la creación de una oficina que recibirá denuncias de abusos sexuales, ideada para recibir los testimonios de las personas con las que los prelados no alcanzaron a reunirse.

"Tal como anticipamos, hemos dispuesto que se establezca un servicio de escucha a las personas que nos han escrito y deseen acceder a ello que, además de recibirlos, pueda orientarlos", anunció Scicluna horas antes de emprender el regreso a Roma.

"Es una tarea transitoria porque no es posible para nosotros escucharlos a todos. Es un proceso que corresponde a nuestra misión pastoral. Es un servicio para las personas que nos contactaron, pero a las que no fue humanamente posible escucharlas", añadió el obispo de Malta, que fue una pieza clave en la decisión de Francisco de aceptar la renuncia del polémico obispo Juan Barros de la diócesis de Osorno, tras las acusaciones de encubrimiento al sacerdote pederasta Fernando Karadima.

"Investigar es un deber de justicia. Necesitamos hacer justicia con las víctimas por el bien del país y también de la Iglesia. Junto con ello hemos señalado que recibir a las víctimas denunciantes de abusos debe ser un principio rector en los procesos eclesiásticos", sentenció.

La oficina de la Santa Sede funcionará en Santiago y estará a cargo de miembros del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas de la Conferencia Episcopal de Chile. "Los miembros del Consejo que realizarán este servicio procurarán ofrecer un espacio de confianza en el que estas personas se sientan apoyadas en su proceso de búsqueda de la verdad, con caridad y justicia", informó la organización. Durante su viaje, los prelados se reunieron con más de cien personas que dieron testimonios sobre abusos.

Hacia el fin de la gira de los emisarios papales, las diócesis de Temuco y Aysén confirmaron la suspensión de dos sacerdotes por abusos y de la imposición de penas canónicas. En todo caso, el propio Scicluna ya había confirmado la intención de la Iglesia de colaborar con la Justicia.

"Debemos como Iglesia colaborar con la Justicia Civil. El abuso de menores no es solo un delito canónico, sino un delito civil. El bien común de la Iglesia y de la sociedad convergen en la tutela del menor", dijo en una de sus intervenciones.

En su última comparecencia ante los medios de comunicación, los enviados papales hicieron un balance de la gira. "Ha sido una experiencia hermosa compartir con diversas comunidades, llenas de hombres y mujeres que, aun con sus heridas a cuestas, nos han abierto su corazón y se han dispuesto al diálogo y a iniciar un camino de reconciliación", señaló.