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Mundo

Crece el escándalo en torno a Macron: arrestan a su excolaborador por violencia

El lider francés permanece en silencio.

20/07/2018

Lo que hace 48 horas comenzó como una crisis política, se transformó hoy en un auténtico escándalo de Estado a medida que se acumulan pruebas de la inexplicable actuación de un cercano colaborador de Emmanuel Macron y mientras el presidente francés persiste en mantener un enigmático silencio.

Como una llamarada imposible de extinguir, el llamado "caso Alexander Benalla" -por el nombre del exresponsable de la seguridad de Macron durante la campaña y actual encargado de protegerlo en sus desplazamientos-, puso en jaque a toda la cúpula de gobierno de Francia, con consecuencias difíciles de imaginar.

Dos días después que el diario Le Monde revelara un video donde, el 1° de mayo, Benalla golpea violentamente a un manifestante en plena calle, portando un brazalete de policía, nuevas pruebas obligaron -¿o sirvieron?- al palacio del Elíseo a tomar medidas suplementarias.

La presidencia anunció esta mañana "haber iniciado el procedimiento de despido" de Alexander Benalla, debido a "nuevos hechos" que lo conciernen. Por su parte, la justicia detuvo al excolaborador -y miembro del círculo más allegado del presidente-, acusándolo de "violencia por persona encargada de una misión de servicio público, usurpación de funciones, portación ilegal de insignias reservadas a la autoridad pública y complicidad de malversación de imágenes pertenecientes a un sistema de videoprotección". El tribunal de París también exigió la intervención de la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN).

Las "nuevas pruebas" a las que aludió el Elíseo para despedir a Benalla son esas imágenes que el incriminado -sabiendo que había sido filmado- obtuvo de la prefectura de París, después de haber cumplido con una primera sanción administrativa: una suspensión de 15 días, que le infligió su responsable jerárquico, inmediatamente después del 1° de mayo.

Tres cuadros de la Prefectura de París fueron suspendidos anoche por haber transmitido a Benalla esas imágenes, regidas por estrictas leyes de protección de la privacidad de los ciudadanos.

"Esas imágenes fueron comunicadas indebidamente a un tercero, en la noche del miércoles 18 de julio, por funcionarios de la prefectura de policía", precisa el comunicado de ese organismo.

La justicia también detuvo a Vincent Crase, otro gendarme reservista y agente de seguridad del partido de Macron, La República en Marcha (LRM), que aparece en el vídeo del 1° de mayo junto a Benalla. Crase fue acusado de "violencias en reunión por persona encargada de una misión de servicio público" y de "usurpación de función".

Los investigadores interrogaron igualmente -en calidad de testigo- al director de gabinete de Emmanuel Macron, que dio a Benalla una autorización para asistir solo como "observador" a la manifestación del 1° de mayo.

Pero el misterio que rodea el escándalo es cada vez mayor. ¿Qué hacían Benalla y Crase en esa manifestación, identificados falsamente como policías, rodeado de verdaderos policías antimotín, que los dejaron actuar libremente?

"Si cualquiera puede hacer de policía, hemos dejado de vivir en un Estado de derecho", fulminó el líder de la ultraizquierda, Jean-Luc Melenchon.