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Los nueve errores más comunes que se cometen en una dieta durante el verano

Saltearse comidas, prohibir alimentos y beber jugos detox son algunas de las equivocaciones que las personas suelen cometer al realizar un régimen alimenticio. Una especialista las detalla.

01/02/2019

Antes de comenzar una dieta, es siempre recomendable pedir un turno con un médico nutricionista, para así empezar a lograr el objetivo deseado de forma consciente, con un plan alimenticio en base a lo que el cuerpo necesita, con alimentos saludables que aporten minerales, nutrientes y fibras.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta equilibrada -y combinada con el ejercicio físico regular- es fundamental para gozar de buena salud. Norma Isabel Guezikaraian, licenciada en Nutrición, mencionó algunos errores comunes que suelen cometer las personas a la hora de bajar de peso, en especial durante el verano.

Los nueve errores que no se deben cometer

– Saltearse las colaciones: éstas son fundamentales para llegar con menos hambre a las comidas siguientes. Lo ideal es que tengan 150 calorías, por lo que se recomiendan opciones como frutas o yogurt.

– No comer suficiente: aunque para bajar de peso debemos consumir menos calorías, eso no significa que debamos pasar hambre. Es fundamental aprender a seleccionar alimentos con pocas calorías pero que nos sacian y tienen un alto poder nutritivo.

-Utilizar mucho aderezo: estos condimentos aportan muchas calorías y su uso en exceso puede ser contraproducente en nuestra dieta, así sea como acompañamiento de una ensalada o porción de carne. Se aconseja utilizarlos en porciones reducidas.

– Eliminar las proteínas: es común escuchar que hay dietas en las que se elimina la proteína, que se encuentra en las carnes, huevos o lácteos. Por el contrario, es aconsejable consumir entre 300 y 500 gramos de proteínas diarios que permiten que la sensación de saciedad dure más tiempo. En el caso de los vegetarianos, se recomienda consumir legumbres y soja.

– Cena contundente: uno de los errores más comunes es comer liviano (por ejemplo con frutas) durante el día y elegir la noche como la comida más importante del día. Por el contrario, y en concordancia con el dicho, se recomienda "comer como rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo". Durante la noche el organismo no necesita energía y los nutrientes se almacenan en los depósitos (grasos y de glucógeno).

– Pecar en las meriendas: muchas veces el momento de mayor debilidad surge por la tarde, cuando optamos por facturas o algún otro alimento graso. Para que una merienda sea realmente saludable y conserve su función permitiéndonos llegar con una sensación de saciedad a la próxima comida, lo aconsejable es que se componga de algo de proteínas, fibra e hidratos complejos (yogurt con cereales y frutas, un jugo de naranja con tostadas con queso o una infusión con pan integral con queso).

– Saltearse comidas: no solo no es recomendable saltearse comidas, sino que se aconseja sumar colaciones entre las cuatro comidas diarias. Esto nos permitirá llegar a las comidas con una sensación de saciedad y comer porciones más pequeñas.

– Restringir alimentos: no hay buenos ni malos alimentos sino que el problema suele radicar en las porciones y/o combinaciones. Por eso la elección de dietas que restringen el consumo de ciertos alimentos genera un descenso de peso en el corto plazo pero provoca ansiedad y el riesgo de un efecto rebote.

– Tomar jugos desintoxicantes: todas las frutas cítricas favorecen la depuración del hígado gracias a sus propiedades desintoxicantes, pero al licuarlas o hacerlas jugo disminuye la sensación de saciedad y aumentan los azúcares. Al hacerlas jugo consumimos mayor cantidad de aporte calórico, por eso se recomienda consumir la fruta entera como colación.