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Las tres medidas que tomó el Banco Central para intentar calmar al mercado

Los analistas coinciden que lo que provocó el reacomodamiento del mercado en un cambio de expectativas.

21/02/2019

a sensación de deja vú que se había comenzado a instalar en la plaza cambiaria local, al registrar el precio del dólar en el peor momento de la jornada un salto mayor al 3% sólo comparable a los días de corrida del 2018, obligó al Banco Central "mover fichas" para tratar de evitar que el mercado reingrese en una dinámica complicada, como la que transitó hasta hace sólo cinco meses.


El comando de la entidad monetaria cuyo timón está a cargo de Guido Sandleris (pero del que participan activamente sus vicepresidentes Gustavo Cañonero y Verónica Rappoport) ya había decido anoche dar vía libre a una aceleración de la suba de tasas -que venían ensayando en dosis muy pacatas- a la vez que volver a sacar pesos de circulación, pese a que los planes difundidos hace sólo 72 horas lo validaban a ser algo expansivo hasta fin de mes.

Pero a eso agregó luego del mediodía la decisión a reingresar en el mercado de futuros (una plaza de la que se habían retirado hace tres meses al liquidar totalmente sus posiciones) para mostrarle a los inversores que, a juicio de la entidad, la abrupta corrección al alza de $2 en ocho días que registró el tipo de cambio, aunque no vulnera las reglas del esquema cambiario, puede afectar el resto de los objetivos de la política cambiaria.

El regreso a la acción llegó apenas pasado el mediodía, cuando la divisa alcanzó un máximo de $40,55 para la venta mayorista, tras cerrar a $39,27 en la jornada previa. Fue cuando el BCRA volvió a posicionarse como oferente en esa plaza donde volcó el equivalente a US$300 millones en contratos a vencer a básicamente a fin de mes (a precios inferiores de los que se validaban en operaciones de contado en ese mismo momento) y fin de marzo y abril, sólo para mantener arbitradas las tasas implícitas, según confiaron varios operadores al diario La Nación.

En ese momento el dólar perdió impulso en el mercado de contado, una tendencia que consolidó una hora después cuando el BCRA completó su faena retirando de circulación unos $12.600 millones al colocar Letras de Liquidez por $212.661 millones cuando le vencían $200.000 millones (aunque la absorción neta es menor ya que a esa suma hay que restar el pago de intereses) y validando un aumento de 150 puntos en la tasa que paga por esos instrumentos que pasó del 44,5% al 46% anual (que así ya sube 2,1 puntos en 4 días).

Fue en ese momento cuando la oferta privada de divisas, que comenzaba a retraerse dado que los que tenían dólares para liquidar volvían a retenerlos a la expectativa de poder venderlos a un precio toda vez que el propio régimen monetario, reapareció lo que facilitó el reacomodamiento del mercado.

Después de todo -en teoría- el esquema vigente tolera una corrección que lleve al tipo de cambio hasta los $49,70 (techo de la banda para el día) pero la economía claramente no está preparada para un nuevo sacudón cambiario.

Por la presión bajista sufrida en los últimos días el peso se volvió a posicionar como la moneda más devaluada del mundo en lo que va del mes, un triste título que se adjudicó por amplio margen durante el 2018. Aún con la moderación final del ajuste que consiguió la intervención oficial, la moneda local se devalúa 5,7% en el mes frente al dólar estadounidense, cuatro veces más que las monedas de Costa Rica (-1,7%) o el rund sudafricano (-1,3%).

Esto deja a la vista que volvía a ser sujeto de un ataque que, al contagiar a la plaza local, dejaba a la vista que lo que el esquema monetario en vigencia llevó al BCRA a leer semanas atrás como "una mayor demanda de pesos" en realidad era un "mayor apetito por la renta que ofrecían las colocaciones en pesos".

Los analistas coinciden que lo que provocó el reacomodamiento del mervado en un cambio de expectativas. "Impactó el retoque de las proyecciones inflacionarias tras el mal dato de enero. Eso, sumado a la aceleración que había tenido la baja de tasas, nos desacopló del mundo porque incidió además sobre los pronósticos políticos. La reacción oficial fue correcta, pero las movidas pueden tomar unos días más en tener efecto porque todas las variables nominales tendieron a moverse un escalón más arriba", juzgó el economista Miguel Zielonka, de la consultora Econviews.

"La baja de cerca de 13 puntos en la tasa de interés de referencia entre el 25 de enero y el 14 de febrero es lo que mayor incidencia tuvo en el reflujo dolarizador en un marco en que ahora queda más a la vista que hubo exceso de liquidez. Esos traspasos venían siendo ordenados hasta que el mercado se sorprendió con el dato de inflación de enero que cambió las perspectivas para los próximos mes", explica Augusto Posleman, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Para este analista la turbulencia del mercado será temporal por la reacción que el BCRA mostró en la jornada lo que lo lleva a creer que la entidad operará para asegurar un decrecimiento de la Base Monetaria (BM) al menos hasta abril "manteniéndola por debajo de sus metas para corregir el exceso de liquidez".

"Esta dinámica de BM debería lleva a un menor crecimiento de los depósitos, y por ende a mayor competencia entre los bancos que termine impactando en un rebote de las tasas pasivas en un contexto en que la oferta de dólares privados producto de los flujos comerciales y de otros componentes de la cuenta corriente tenderá a crecer lo que reequilibraría al mercado".

El economista y consultor Alejandro Henke, de Proficio invesment, también cree que lo que nos desacopló en las últimas semanas del mundo y la región en un contexto favorable para el riesgo emergente fue el reacomodamiento de expectativas que generaron los malos datos inflacionarios y su posible impacto en la competitividad electoral del oficialismo.

"Es lógico que el mercado comience a estar dominado por las especulaciones que la evolución de la economía puede tener en las elecciones y mientras quedó a la vista se quedan resabios del traspaso de dólar a precios de la última devaluación que impactaron primero sobre los precios mayoristas y derraman ahora sobre los minoristas en un contexto de nuevos ajustes de tarifas, además".

Fuente: diario La Nación.