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“Espiral de cementerio”, los últimos instantes del vuelo de Emiliano Sala

El termino hace referencia a la pérdida de altura mientras la aeronave gira. El piloto pierde toda referencia visual y no sabe volar por instrumentos.

26/02/2019

En el brutal accidente que terminó con la vida del futbolista argentino Emiliano Sala, el avión se zambulló de trompa en el Canal de la Mancha. El ritmo del descenso -que se mide en pies por minuto en ese modelo- es de 500 pies y el descenso que tenia cuando cayó era de 7000 pies por minutos.

Eso implica un descenso totalmente fuera de control. Catorce veces más por encima de lo aconsejado.

Se trata del mismo inconveniente que sufrió John Kennedy Jr. cuando piloteaba el avión que se desplomó rumbo a Martha Vineyard en 1999. Son dos casos de “desorientación espacial” típicos.

Los reportes de una anomalía en el vuelo se inician minutos después de las 20hs y el último contacto del radar con el Piper PA-46 Malibu se desarrolló un cuarto de hora más tarde. Es decir, alrededor de 15 minutos que serán claves para entender lo acontecido en las alturas cuando se dé a conocer la conclusión con las causas del accidente.

Línea punteada: plan de vuelo. Línea roja: el vuelo registrado en radar.

La publicación de la AAIB, que fue compartida en español por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil de Argentina (JIAAC), indica que a las 20:02:10 el piloto solicito autorización para descender para "mantener VMC". Se encontraba 20 kilómetros al sur de la Isla de Geuernsey y 17 kilómetros al oeste de Jersey.

La intención de David Ibbotson era la de continuar con el vuelo visual (guiándose por referencias del terreno o luces de la zona). "Poco tiempo después, la aeronave comenzó a descender mientras también realizaba un giro a la derecha, seguido por un giro a la izquierda", explicaron los investigadores.

Esta maniobra llamó al atención de la torre de control. Decidieron abrirle la oportunidad de bajar aún más, pero el piloto respondió: "Negativo, acabo de evitar una celda (NdR: zona de corrientes ascendentes) ahí, pero eh de nuevo con rumbo cinco mil pies".

A las 20:12, una nueva luz de alerta aparece en el parte emitido por los encargados de la investigación. Por entonces, ya había pasado Guernsey y se encontraba a 11 kilómetros al norte de ese sitio, cuando nuevamente pidió permiso para bajar la altitud del vuelo. "La aeronave fue autorizada a descender según criterio del piloto", aseguraron. Esta fue la última vez que se escuchó la voz de Ibbotson en la torre de control.

Los giros y las altitudes registradas antes del accidente.

"La aeronave comenzó a descender gradualmente y giró a una trayectoria próxima a rumbo 060°T. Aproximadamente 30 segundos después, la aeronave giró hacia la izquierda a alrededor de rumbo 305°T. Durante esa secuencia de giros, la aeronave descendió próximo a 4800 pies (1463 metros). Posteriormente, ascendió alrededor de 5000 pies (1524 metros) y luego descendió a alrededor de 3900 pies (1188 metros). La aeronave luego volvió a ascender cerca de 4200 pies", detallaron sobre los movimientos del avión monomotor durante un breve lapso de tiempo.

Esto fue el preámbulo del trágico desenlace. A las 20:15:30, el avión giró gradualmente hacia a la izquierda y a las 20:16:10 inició un giro a la derecha de "aproximadamente 180°". Los radares mostraron que durante esta maniobra el Piper Malibu tuvo un marcado descenso hasta los 1600 pies (487 m).

"Segundos después se registró el eco final del radar secundario que indicó que la aeronave podría haber ascendido rápidamente cerca de los 2300 pies (700 m)", analizaron los investigadores a través de las imágenes.

Todavía están intentando determinar si los últimos dos datos que recibieron del radar (a las 20:16:38 y 20:16:50) pertenecían al Piper Malibu. Todo indicaría que sí: los restos del avión fueron hallados en el lecho submarino del Canal de la Mancha a 30 metros de este último contacto por radar.

Espiral de cementerio

Según los especialistas, tras leer con atención el informe preliminar de la agencia británica de investigaciones de accidentes aéreos británica (AAIB), el caso se conoce como graveyard spiral, espiral del cementerio de castellano: una zambullida de un piloto que no está entrenado o no tiene capacitación en instrumentos, cuando vuela bajo condiciones meteorológicas de instrumentos (IMC).

El graveyard spiral es un fenómeno común a la noche oscura, con mala meteorología , cuando el horizonte no existe y el piloto no se puede orientar visualmente. La falta de horizonte lo desorienta y genera ilusiones sensoriales que se conocen técnicamente como “desorientación espacial”. Una teoría que fue advertida por el piloto y entrenador Juan del Azar a Clarín, cuando analizó las posibles de las causas del accidente sufrido por el avión que llevaba Sala desde Nantes a Cardiff el pasado 21 de enero.

El síntoma incluye a componentes biológicos y físicos. Si bien puede haber una falla mecánica, generalmente ésa es no la causa. Es el sentido del equilibrio del piloto que lo lleva a esa zambullida en espiral. No reconocer ni responder a los instrumentos es la fuente más común de esta clase de accidentes.

También hay aspectos que están vinculados al equilibrio en dos estructuras en la zona de los oídos: los canales semicirculares, que detectan cambios de aceleración angular, y los órganos otolitos, que detectan cambios en la aceleración lineal y la gravedad.

Una conexión entre el sistema vestibular y los ojos ayuda a mantener el equilibrio y los ojos focalizados cuando la cabeza se mueve y el cuerpo rota. Esos canales proveen información a la mente.

En un caso de graveyard spiral, la mente del piloto se ajusta mal a su nivel real. No se apoya en los instrumentos de altitud porque el vestibular esta reporteando mal la fuerza de gravedad en la cabeza del piloto.

Imagen del sonar donde fueron encontrados los restos de la aeronave.

Si el avión dobla hacia la izquierda, el piloto por más de 20 segundos va a experimentar la sensación de que la maquina esta doblando a la derecha. La única solución es que el piloto se entrene con un instructor y aprenda a volar con instrumentos. No fue el caso de Dave Ibbotson, que transportaba a Sala y que según el primer reporte de la AAIB seguía el plan de vuelo con un software en una tableta, con un sistema para amateurs y con una licencia privada no comercial.