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Espectaculos

Pez presenta un disco repleto de referencias a lo vivido tras las denuncias de abuso

Ariel Sanzo le responde a las denuncias y escraches en el nuevo disco del grupo, Kung Fu.

09/05/2019

Después de tres discos consecutivos con canciones de otros (uno interpretando canciones de Litto Nebbia y los otros dos de clásicos del rock argentino, de Miguel Mateos a los Redondos y de Sumo a Los Abuelos de la Nada), Pez lanzó su primer álbum de temas propios en dos años. El primero, también, desde las denuncias y los escraches, públicos y virtuales, contra la banda por un supuesto abuso sexual que los puso en el ojo del huracán un año atrás.

Y la decisión artística de Ariel Sanzo, cabeza, alma y corazón de Pez fue la de no solo esquivar el asunto, sino la de conceptualizar a Kung-Fu (su nuevo disco) en torno a lo vivido y experimentado en los últimos tiempos.

El amor y el odio, la denuncia y la traición, los principios y las debilidades, el camino y el porvenir, la vida y la muerte. Todos ejes temáticos que sobrevuelan estas trece canciones firmadas exclusivamente, letra y música, por Ariel Sanzo (ya no Ariel Minimal, el seudónimo con el que se hizo conocido), sin colaboración de la banda más allá de la interpretación, poniéndose al frente más que nunca de su querido y amado proyecto musical.

Así y todo, más que una defensa hecha canción, Kung-Fu intenta dar un paneo del estado de situación de un grupo atravesando una tormenta, con la lluvia pegando de frente, pero con la fortaleza mental de un monje shaolin guiado por la confianza, el respeto, la motivación, la disciplina y la perseverancia.

"Y ahí voy. No es por guita ni fama, es por amor. Y hoy, quiero yo regalarte mi mejor canción. Porque si hoy sigo vivo es por amor", canta Sanzo en la apertura principista de "Por amor".

Un minuto y cincuenta segundos después, en "Lluvia de frente" asegura que "no es sólo el tiempo que se va, es la película letal de aquel idiota que vive lleno de certezas y nunca duda de nada. Y si él no estuvo ahí no sabe nada". Mensajes internos y externos que en un tema como "Desde el odio" se hacen más explícitos: "Quizás ya no sonrías más al escuchar mi nombre. Sabrás porqué así ha de ser, yo no puedo evitarlo. Si vivís del odio, para el odio, nada bueno va a pasar. Buscás a alguien a quien culpar por todas tus frustraciones. La mierda sobre los demás, jamás mirar adentro", canta Sanzo con urgencia, para cerrar desafiante una y otra vez: "Te espero, te espero acá".

Con "El Sheriff", Pez ataca la figura de quienes juzgan o se suman al linchamiento "del monstruo" ("repetiste una secuencia que nunca existió y ahora ya no sabés cómo parar esta guerra sin razón o es acaso otro motivo para odiar. Todos arriba del monstruo a enrrostrarle su monstruosidad... Ya no importa la verdad, es un detalle menor, sólo hay que pedir perdón, aunque no exista razón y es tal tu decepción y tal tu indignación que poco importa todo lo demás"); mientras que en "Kung-Fu" buscan consuelo en la sabiduría oriental: "Y si algún viejo aliado transmuta en escorpión y te quiere inocular con lo que hierve en su aguijón, nada más sabio que el tiempo y poder hacer coraza el corazón".

El cuarteto que completan Franco Salvador en batería, Fósforo García en bajo y Juan Ravioli en guitarra y piano, explora aquí su faceta más melodiosa sin olvidarse por momentos de la cruda y sólida sonoridad que ha construido a lo largo de veinticino años de vida.

Lo que sería el lado B de una futura edición en vinilo incluye dardos para los "amigos del campeón" que desaparecen cuando las luces se apagan ("Los amigos del campeón"), para los moralistas acusadores ("Contra los fantasmas"), para el "nuevo periodismo" ("no chequean nada, su fuente es una red social. Del click la carnada, total qué más da... Dénles el p... Pulitzer") y para los amigos que "salen rajando" como ratas cuando "se empieza a hundir" el barco ("Fuego amigo").

Entonces sí, en el cierre, Sanzo se despacha con una balada-rock en la que reflexiona sobre su propia muerte, buscando enfocarse en las cosas importantes de la vida, sabiendo aquello de que "no hay tiempo de más".

El bonus para los más fieles seguidores de la banda esta vez no aparece en el final, sino justo en el medio del disco: una suerte de cover de sí mismo, con una versión de "El almaherida", tema de Sanzo incluido en el álbum grabado junto a Flopa Lestani y Mariano "Manza" Esaín, en 2003, aquí con la voz amiga de Mimi Maura. "No es la ciudad, no es la desilusión. Es esa especie de teatro en el decir que sí, cuando se siente no. Y así olvidarnos que la muerte espera al fin y el tiempo es lo único que corre en contra de mí".