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Revista

Por qué los caramelos mentolados pueden ser el juguete sexual más inesperado

Estas pastillas pueden ser tus mejores aliadas en el sexo oral si sabés cómo usarlas.

30/05/2019

Suelen consumirse para combatir el dolor de garganta cuando uno siente los primeros síntomas de un resfrío o una gripe. También son un recurso que usan los fumadores para contrarrestar el mal aliento provocado por el tabaco. Pero estas pastillas mentoladas también pueden ser un juguete sexual.

El sexo oral normalmente es visto como un “preliminar” antes del coito aunque realizado de la forma adecuada es tan satisfactorio como la penetración, y para algunas personas incluso más placentero.

Lo primero de todo para que que el sexo oral sea placentero es prestar atención a las reacciones de la otra persona. Los gemidos, gestos y vibraciones son indicios de que algo funciona o no.

Los caramelos mentolados pueden ser un buen recurso tanto para los amantes del sexo oral como para aquellos que no disfrutan demasiado de realizar esta práctica. Para los primeros sirve para romper con la rutina y probar algo nuevo. En el caso de los segundos, es una forma de cambiar de estrategia para ver si con otro elemento genera más placer.

¿Cómo funcionan? Simplemente la persona que va a practicar el sexo oral debe tener el caramelo en la boca un poco antes del acto. Cuando se logra una sensación refrescante es el momento de arrancar con esta práctica. Al pasar la lengua por las zonas sensibles de la otra persona (ya sea el glande o el clítoris) esta va a experimentar una sensación particular que puede ser muy placentera.

Otro método es soplar un poco en las zonas erógenas para incrementar la sensibilidad. Lo único que se debe tener en cuenta es que no se debe practicar sexo oral con el caramelo en la boca, para evitar posibles ahogos.

La sexóloga y psicóloga del Hospital de Clínicas Viviana Wapñarsky (MN: 24433) ofreció a ConBienestar otro tip: “Puede servir cualquier pastilla que tenga menta y eucalipto; por el efecto de frescura que tienen genera una sensación diferente. No tiene ningún basamento de evidencia científica, es un juego que se puede probar”.