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Un policía fue expulsado por amenazar a una compañera que se negó a tener sexo

Un efectivo policial de la provincia de Córdoba fue condenado a dos años de prisión en suspenso por un incidente ocurrido en marzo de 2012.

02/08/2019

El Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario de Córdoba finalmente confirmó el despido del excabo Martín José Vanden Panhuysen, quien fue echado de la fuerza tras haber sido condenado por haber amenazado a una subordinada con elevar un informe negativo sobre ella si no accedía a tener relaciones sexuales.

El Tribunal de Conducta rechazó los recursos de reconsideración y revisión interpuestos por Vanden Panhuysen por ser "sustancialmente improcedentes" y confirmó, de ese modo, la cesantía dispuesta en una resolución del 26 de diciembre de 2018, según se informó este viernes en el Boletín Oficial.

El caso

El hecho sucedió en marzo de 2012 en Río Cuarto, cuando Vanden Panhuysen quedó transitoriamente a cargo de una sección donde también se desempeñaba la víctima.

En septiembre de 2016, la Cámara en lo Criminal y Correccional de Primera Nominación de la ciudad de Río Cuarto lo encontró culpable del delito de coacción reiterada. Ahora, la Sala Penal del TSJ rechazó el recurso de casación planteado por la defensa del imputado y confirmó la sentencia.

El tribunal de primera instancia le había impuesto la pena de dos años de ejecución condicional e inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por el plazo de un año, además de una serie de reglas de conducta.

Según la resolución del tribunal de Río Cuarto, la primera situación se dio cuando el policía le ordenó que le practicara sexo oral. "Si no, te voy a hacer un informe", le dijo a la víctima. Cuando la mujer le contestó que entonces hiciera el informe, el hombre la increpó: "Pero fijate que el informe te va a arruinar el ascenso".

La resolución sostiene que las expresiones y amenazas siguieron, y que de esa manera el hombre la coaccionaba psíquicamente "con intenciones de obtener el resultado sexual buscado, causando estas situaciones temor en la víctima”.


Contra su voluntad

El vocal del TSJ Sebastián López Peña subrayó que el delito de coacción “consiste en hacer uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”, es decir, “importa, pues, el anuncio, por parte del autor, de un daño que recaerá sobre la víctima o un tercero”.

"(La mujer) creía en la posibilidad de que el imputado efectuara un informe desfavorable en su contra y que ello conllevara a un detrimento en su carrera policial, esto último sin perjuicio de que, en realidad, resulta irrelevante si la víctima se siente o no efectivamente intimidada por las amenazas del imputado; siendo que lo trascendente es su aptitud para causar alarma o temor", dijo el tribunal.

"Martín José Vanden Panhuysen requirió determinadas conductas de índole sexual a la víctima –debe recordarse que dichas exigencias acontecieron en el ámbito de la Sección Prontuarios dependiente de la División de Asuntos Judiciales de la Policía de la Provincia de Córdoba con sede en la ciudad de Río Cuarto–, aduciendo que ante la negativa de cumplimiento de tales imposiciones procedería a informarla negativamente", sostiene la resolución difundida por el Poder Judicial.


Momentos del juicio

En 2016, cuando fue el juicio, la víctima contó ante el tribunal de Río Cuarto lo que había padecido. “Me pedía que le hiciera sexo oral porque ahora él quedaba a cargo y, si yo no lo hacía, me iba a arruinar la carrera”, relató la mujer. Y contó, entre llantos, que el hombre alardeaba de tener contactos con los jefes.

"Cuando una mujer pone freno, tenés que parar. Yo le ponía freno y no frenaba. En una ocasión estaba en una piecita chica que se usa de archivo y tiene una tabla para bajar los biblioratos. Él se me acercó, me arrinconó, empezó a golpear con fuerza la tabla y a decirme: 'Acá vos entrás justo, acá es donde te voy a c...'", declaró la víctima.

Según registró Puntal en aquel momento, la mujer contó en el juicio que había hablado con una subcomisario. "Pero dejó todo tapado. Me dijo: 'Todo esto queda acá'. Entonces una compañera mía me dijo que tenía que ir a la Justicia porque en la Policía no iba a conseguir nada”, manifestó la víctima. Así fue como hizo la denuncia que finalmente terminó en condena.