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Abril de 2024
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Policiales

Desgarrador relato de la madre de la joven violada por su padre

Moira Curi, la madre de la joven abusada sexualmente por el abogado, relató que la menor era drogada y que de los ultrajes también participaba un tío.

13/02/2020

En un relato escalofriante, Moira Curi, la madre de la joven abusada sexualmente por su padre -un reconocido abogado del foro local- indicó que en el año 2014 descubrió que su hija era abusada sexualmente también por la pareja de su excuñada.

Curi relató que todo salió a la luz por un “chat” en el cual una adolescente indiscreta le hacía bullying a su hija. “Comencé a leer los chats y a revisar las charlas que tenía y leo que le decían ‘callate, violada por tu tío’. Entonces a la primera persona que recurro es a Amadey para pedirle ayuda. En mi cabeza, el tío era mi hermano o el hermano de él”, dijo.

Explicó que cuando su hija tenía un año de edad ella se separó de Raúl Alejandro Amadey, sobre quien por estas horas pesa una orden de detención por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y facilitación de la corrupción agravada por el vínculo.

Desde pequeña, la niña era llevada por su padre a la casa de sus abuelos paternos. Allí pasaba horas y noches enteras, ya que no existía régimen de visita porque él “la llevaba cuando quería”.

"Su postura me pareció extraña, pero mi cabeza en ese momento no se imaginaba semejante bestialidad. Comienzo a hablar con mi hija y ella me cuenta que su tío la tocaba, que la pegaba”, explicó la abogada. La mujer indicó que tras varias horas de averiguaciones determinó que el supuesto tío abusador era la pareja de su tía paterna. “Cuando me entero de todo lo llamo a Amadey para contarle. A los días aparece y delante de mí la miraba a mi hija a los ojos y le decía ‘hablá, hablá’, ella empezó a gritar que no quería hablar, que con él no quería hablar”, enfatizó.

La víctima logró confesar que “su padre Raúl Alejandro Amadey y su tío Pablo Nicolás González la abusaban en forma alternadas y en forma conjunta”.

“Su padre la entregaba en la casa de su bisabuelo. Le daban pastillas cuando se resistía. Las rompían en un mortero y se la daban mezcladas con jugo. Ella estaba en un lugar y despertaba en otro”, explicó la mujer.

“Creo que mi hija nunca habría contado si no recibía toda la terapia que recibió. La contención que hoy tiene. Ella sentía culpa, y sabe que no es la primera mujer que sufre este tipo de hechos. Lo que sucedió ya no se puede remediar. Es muy difícil, pero no tengo opción. Soy lo único que tiene”, comentó.