Muchos factores atentan contra la continuidad del capitán en el plantel blaugrana; conocelos.
No es una temporada sencilla para el Barcelona ni para sus seguidores. Los últimos tiempos estuvieron plagados de problemas dentro y fuera del terreno de juego y ahora, en el momento clave, cuando se deciden de verdad los títulos, parece que el coloso azulgrana acusa todos esos contratiempos.
Cuando más fuerte tenía que ser el equipo, el vestuario y la figura del entrenador, resulta que sucede todo lo contrario. Aquí se detallan algunas de las claves que explican cómo llegó el Barcelona a este momento del año en estas condiciones:
Bajo rendimiento fuera de casa
Un problema que el equipo ya tenía con Ernesto Valverde y que Quique Setién no pudo arreglar. El Barcelona 19/20 sufre muchísimo cuando le toca jugar lejos del Camp Nou. En Liga se escaparon 25 puntos como visitante. Una barbaridad para un aspirante al título.
Resultados inesperados
Los tropiezos contra rivales teóricamente inferiores también fueron un lastre para el equipo durante toda la temporada. Los puntos que se escaparon contra Osasuna, Levante, Granada, Espanyol o Celta de Vigo ahora se echan de menos.
Problemas extradeportivos
El Barcelona, como club, también lleva una temporada convulsionada. Renuncias de dirigentes o el famoso Barçagate, del que todavía se espera la famosa auditoría para saber qué pasó realmente ahí y quién dio las órdenes, no ayudaron. Además, la figura de Bartomeu está muy debiltada ante el socio.
El cambio de entrenador
La decisión de despedir a Ernesto Valverde después de la Supercopa de España y traer a Quique Setién fue sorprendente. Pasado el tiempo, no parece que el equipo haya mejorado con el nuevo preparador. Además, el cambio provocó malestar en el vestuario, ya que el ex DT era una figura querida y respetada por los jugadores. En cambio, la relación del cántabro con la plantilla no parece ser la mejor. No logró conectar con ellos. Además, su ayudante, Eder Sarabia, tampoco entusiasma a los jugadores.
Problemas en defensa
El equipo mostró flaquezas en defensa desde temporadas anteriores. Es más fácil hacerle goles al Barcelona que en temporadas pasadas. Eso provocó que se escapen muchos de puntos en el camino.
Las lesiones
El Barça fue perdiendo a varios jugadores por lesión durante toda la temporada. Al que más se echó de menos es a Luis Suárez, que estuvo fuera entre enero y marzo. También está Ousmane Dembélé, que esta temporada tenía otra ocasión para demostrar su valía, pero volvió a ser un habitual de la enfermería.
Messi no entra en ritmo
El argentino regresó del parate por la pandemia de coronavirus lejos de su mejor versión. No está preciso y se ve que le cuesta marcar diferencias en los últimos metros. Ni siquiera el regreso de su amigo y compañero Luis Suárez fue suficiente para que La Pulga se suelte. En un equipo que depende tanto de un jugador como este Barça con Messi, que el argentino no esté bien lo condiciona todo.
Sin noticias de Griezmann
Probablemente fue el gran fiasco de la temporada en el Barça. Con la llegada del francés al equipo, se suponía que los catalanes apuntalaban su ataque y lo convertían en un tridente temible. A punto de terminar la temporada, se ve que esto no fue así. El ex Atlético de Madrid tiene problemas a la hora de relacionarse con sus compañeros sobre el césped. No lo encuentran... o no lo buscan.
Demasiada vaca sagrada
Un problema que se va agravando con los años y al que nadie se atreve a meter mano. La plantilla del Barcelona está repleta de jugadores con una enorme influencia. Futbolistas a los que el entrenador -se llame Setién o Valverde- no se atreven a sentar por su gran ascendencia entre sus compañeros y en el propio club. Así es muy difícil cambiar la dinámica de un equipo.
El problema económico
Desde hace ya algunos años, cuando el Barcelona presenta su presupuesto anual, presume de que es el más alto del mundo en un club de futbol. Sin embargo, cuando se acerca el cierre de ejercicio, la misma entidad se ve obligada a hacer malabarismos e ingeniería financiera para cuadrar sus cuentas. La masa salarial complica al club e impide hacer los fichajes que se necesitan.