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Feliz cumple Miguel: Cortijo celebra 62 años

El básquet argentino festeja el cumpleaños de la leyenda santiagueña; uno de los mejores de la historia.

22/08/2020

El básquet argentino está en un día de celebración; hoy Miguel Cortijo festeja su cumpleaños número 62. Nacido en La Banda el 22 de agosto de 1958, regó de magia los tabloncillos del mundo y es recordado como uno de los mejores de la historia que entregó el deporte en la Argentina.

Cortijo comenzó su relación con el básquet en Inti Club, una de las dos instituciones que se fusionaron para formar a Quimsa. Fue reclutado por Ferro Carril Oeste en donde pasó los mejores años de su carrera.

Además, Miguel vistió las camisetas de Peñarol de Mar del Plata, Boca Juniors, Olímpico, Siderca de Campana, Independiente de Pico, Regatas Corrientes y se retiró en Quimsa.

Con Ferro fue campeón de la Liga Nacional de Básquet en tres temporadas: 1985, 1986 y 1989. Además con el conjunto de Caballito también fue campeón del Sudamericano de Clubes en 1981, 1982 y 1987, después logró ganar este mismo título en 1996 con Independiente de Pico.

En la Selección Argentina fue uno de los mejores en la década de los '80 y su mejor actuación fue en el Mundial de España en 1986, siendo el líder en asistencias del torneo. Además jugó en el Mundial de 1990 que lo disputó de local.

Con la Selección Argentina fue campeón Sudamericano en 1987, logró ser subcampeón de este certamen en 1983 y 1989, mientras que el bronce lo alcanzó en los años 1981, 1985 y 1991.

Quizás otra de sus grandes actuaciones con la Selección Argentina fue en el Torneo de las Américas de 1980 en donde lograron el bronce y la clasificación a los Juegos Olímpicos de Moscú. Sin embargo la delegación argentina no participó del evento por un boicot orquestado por Estados Unidos, lo que privó a Miguel Cortijo jugarlo.

Tras abandonar los tabloncillos, se dedicó a la dirección técnica y se convirtió en asistente de Marcelo Richotti en Quimsa en el 2006, cuando consiguió el ascenso a la máxima categoría.

Miguel decidió radicarse nuevamente en su ciudad y siguió despuntando el vicio con sus amigos del Club Defensores del Sud, pero además aceptó el ofrecimiento para hacerse cargo de las divisiones formativas.

Hoy, con 62 años, sigue recibiendo muestras de afecto de quienes lo vieron jugar o tuvieron la oportunidad de compartir una cancha de básquet y, aunque no pueda festejarlo con sus afectos, continúa en el corazón de los santiagueños.