El debate será a puertas cerradas, por tratarse de un delito de instancia privada, y será bajo la modalidad virtual.
La provincia de Catamarca ya se prepara para un juicio histórico. Por primera vez estará sentado en el banquillo de los acusados un miembro de la Iglesia Católica: será Juan de Dios Gutiérrez, quien está acusado del abuso sexual de una adolescente, en la ciudad de Belén.
El próximo 16 de marzo, tal como lo anticipó El Ancasti, será la fecha del juicio oral que se realizará en la Cámara Penal N° 3. El debate será a puertas cerradas, por tratarse de un delito de instancia privada, y será bajo la modalidad virtual. Gutiérrez está acusado de "abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de un culto".
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Las partes que intervienen en el juicio – fiscalía, defensa y querella – fueron notificadas ayer por la presidenta del Tribunal de la Cámara Penal N° 3, Patricia Raquel Olmi, quien estará junto a los jueces César Marcelo Soria y Jorge Rolando Palacio. El representante del Ministerio Público será el fiscal de Cámara, Miguel Mauvecín.
Está previsto que comparezcan quince testigos en cuatro jornadas, de los cuales algunos prestarán declaración desde el Juzgado de Control de Garantías ubicado en la ciudad de Belén.
El imputado Gutiérrez, quien llega en libertad al debate, seguiría las alternativas del juicio oral desde Belén, junto a su abogado defensor Gustavo Martínez Azar, aunque no está descartado que se traslade hasta la Capital. Por su parte, la madre de la víctima, junto a la abogada querellante, Silvia Barrientos, estarán en esta ciudad.
El antecedente más próximo y conocido de un juicio bajo esta modalidad virtual fue el juicio contra el intendente de Puerta de Corral Quemado, Enrique del Carmen Aybar, quien los dos primeros días presenció la audiencia desde Belén, y el día de los alegatos y la sentencia, viajó hasta la Capital para conocer el desenlace desde una oficina de la Cámara Penal N° 3.
La causa contra Gutiérrez tiene su raíz en el 2015, cuando Alejandra, la mamá de la víctima se presentó en la Fiscalía de Belén y radicó la denuncia penal contra el sacerdote, quien tenía a cargo el movimiento juvenil de la parroquia de Belén.
Tras la denuncia, la postura del obispo, Luis Urbanc, tal como en los casos de Renato Rasguido y de Moisés Pachado, fue la de apartar a los implicados y darles alojamiento en la sede del Obispado, pero sin iniciar procesos canónicos.
"Me dijo que no crea en la justicia de los hombres, que él como obispo puede hacer justicia divina y que no recurra a los medios porque hacen teatro", señaló Alejandra que le dijo Urbanc en una reunión que tuvo años atrás.