El Dr. Gustavo Bravo, profesional que se desempeña en el Estado de San Pablo, se refirió a la situación de desborde sanitario que vive el vecino país y consideró que "la gente necesita concientizarse del aislamiento social".
El Estado de San Pablo vive, al igual que el resto de Brasil, un álgido momento debido al desborde del sistema sanitario como consecuencia de la pandemia de coronavirus. A ese difícil contexto se enfrenta a diario el cardiólogo Gustavo Bravo, un santiagueño residente hace varios años en una de las ciudades más populosas de América Latina.
En comunicación con Radio Panorama, el profesional realizó un balance y vertió algunas consideraciones en torno a la situación, informando que "los números se vienen superando a diario y estamos en la cresta de la ola de la pandemia"
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"Los números asustan, veníamos superando 2500 muertos diario y un dato no menor es que en los últimos 70 días siempre hubo más de mil fallecimientos por día, en un país con 211 millones de habitantes y una densidad demográfica heterogénea".
Bravo subrayó la importancia de distribuir las vacunas lo antes posible y destacó que actualmente el 8.4% de la población de Brasil recibió las 2 dosis de alguna de las vacunas aprobadas por las autoridades sanitarias de ese país.
"La demanda en el número de camas es enorme y la mayoría de los hospitales están casi con el 100% de ocupación de sus camas. Además la demanda de oxígeno aumentó un 40%. La situación de desborde es básicamente porque la gente necesita concientizarse de la importancia del aislamiento social. Sabemos que es difícil, que todos necesitamos trabajar, pero los principales picos han sido siempre posteriores a fechas festivas como Navidad, Carnaval y ahora se viene Pascua. Entonces se recomienda en la medida de lo posible evitar las aglomeraciones, lavar las manos de manera constante y el uso de mascarilla al menos hasta que se pueda distribuir de manera más amplia la vacuna y se consiga la inmunidad de rebaño", indicó.
En relación a cómo afrontan la difícil situación los trabajadores del área de Salud consideró que "el desafío es muy grande por la cuestión psicológica. Los profesionales de salud estamos todos angustiados, agobiados y cansados. Eso es natural. Además se suma la angustia de no saber si se va a disponer de las camas necesarias para la población que lo requiera".
Finalmente recordó a sus afectos en Santiago del Estero. "Se extraña mucho. Hace casi tres años que no voy, necesito darme un tiempo, para ver a mi hermano, familiares y amigos que han crecido y convivido conmigo".