El músico rosarino se quedó además con otras tres categorías. Nathy Peluso obtuvo cuatro estatuillas, entre ellas la de artista nueva.
Virtual, como el año pasado. Por motivos más que lógicos y conocidos, la nueva edición de los Premios Gardel se armó como un gran especial televisivo. Por un lado, los conductores Jay Mammon y Eleonora Pérez Caressi en un teatro vacío. Por otra parte, números musicales grabados y el anuncio de los ganadores a cargo de personalidades.
El comienzo, tras el ingreso de Jay y “la Beba” intercambiando bromas simpáticas, fue a todo lujo: el primer homenaje de la noche, dedicado al disco 3er arco, de Los Piojos, editado originalmente en 1996, hace 25 años.
Andrés Ciro, luciendo frac y galera, caminó por un tren abandonado, se cruzó con una suerte de aparatos de máquina del tiempo y mágicamente aparecieron algunos de sus ex-compañeros y músicos de Los Persas y La Chilinga. Juntos, se lucieron con grandes versiones de temas como Maradó y Verano del 92.
Después llegó el primer rubro de la noche, presentado por Bobby Flores: Mejor Album Pop Alternativo, que ganó Calambre, de Nathy Peluso. Pegadito, vino otro número musical especial, a cargo de Soledad y el mexicano Carlos Rivera, que hicieron una sentida versión de Himno de mi corazón, de Los Abuelos de la Nada.
Sobre el cierre del primer bloque, se anunciaron cuatro ganadores más:
Mejor Album Conceptual: Ya no mires atrás, de Luis Alberto Spinetta; Mejor Album Artista Tropical: Es lo que hay, de El Dipy; Mejor Album Artista de Cuarteto: Aprender a volar, de Magui Olave; Mejor Album Instrumental: Solo piano reflexiones, de Lito Vitale.
Mejor Album Conceptual: Ya no mires atrás, de Luis Alberto Spinetta; Mejor Album Artista Tropical: Es lo que hay, de El Dipy; Mejor Album Artista de Cuarteto: Aprender a volar, de Magui Olave; Mejor Album Instrumental: Solo piano reflexiones, de Lito Vitale.
Después, La Bruja Salguero y Lito se lanzaron a una poderosa cruza de jazz-rock con folklore para Juana Azurduy. De regreso a las categorías, Raúl Lavié presentó el rubro Mejor Artista de Tango, donde ganó La bella indiferencia, de Mariana Mazú, que agradeció muy emocionada.
El siguiente número fue la unión de Miranda y Los Tabaleros, para hacer una recreación del videoclip del hit Por amar al amor, filmado en pleno campo con ropa gauchesca bien fashion.
Una banda numerosa como Los Pericos presentó, a razón de un par de palabras cada uno, la categoría Mejor Canción de Dueto Colaboración, donde triunfó Bohemio, de Andrés Calamaro feat. Julio Iglesias. Con su telefonito, el Salmón agradeció.
Un homenaje a Catupecu Machu y un legado de Palo Pandolfo
Una reunión inesperada y muy bienvenida fue un homenaje a Catupecu Machu, a cargo de Bándalos Chinos, Emmanuel Horvilleur, Rosario Ortega y 1915, que recorrieron temas como Magia veneno, A veces vuelvo, En los sueños y Eso vive, con un megáfono blanco en manos de la hija menor de Palito.
Y tal como era de suponer, teniendo en cuenta los anuncios previos de los artistas invitados, no quedó fuera de la transmisión un tema grabado por la Orquesta Fernández Fierro con Palo Pandolfo, quien falleció ayer y por eso se le agregó una placa con la frase “Buen viaje, Palo, gracias por tu música”. Un recuerdo sobrio y emotivo, cuando el dolor aún persiste.
Promediando la entrega, ya a las 23 horas, los conductores remarcaron la presencia de artistas internacionales primero con Carlos Rivera y luego con el español Pablo Alborán, que se juntó con Luciano Pereyra para hacer un tango clásico (y exigente) como Naranjo en flor . Y superaron el desafío con sus grandes voces.
Ariel Báez, de Los Alonsitos, anunció que pasado 16 de diciembre la UNESCO declaró al chamamé Patriminio Cultural de la Humanidad. Nombró al ganador Chango Spasiuk, que agradeció, igual que su socio musical en el álbum Hielo azul, tierra roja, el guitarrista noruego Per Einar Watle.
David Lebón, el ganador del Gardel de Oro del año pasado, se unió a Fito Páez, uno de los más nominados de esta temporada, para hacer una suerte de medley/mash-up de Cuánto tiempo más llevará, El amor después del amor, San Francisco y el lobo y La canción de las bestias. Un lujo al que ya nos tiene acostumbrado cada edición de los Premios Gardel.
Cabe destacar que, desde su creación, esta entrega de estatuillas siempre se caracterizó por unir en una misma ceremonia a artistas de todos los estilos, algo que antes era muy poco habitual en Argentina, salvo quizás la visita periódica a SADAIC, único lugar donde solían cruzarse.
Y un género que por suerte se revalorizó a la par de ritmos más clásicos como el folklore, el tango y el rock fue la movida tropical. Así, Rodrigo Tapari y Rocío Quiróz subieron a un escenario para hacer Nada es para siempre, de Fito Páez, popularizado por Fabiana Cantilo.
A esta altura, casi 23:30, la gran competencia de los dos artistas más nominados -Fito y Nathy- seguía pareja, con una leve ventaja para la cantante, y por lo visto el suspenso se mantendría hasta el cierre.
Una postal chamamecera
Sin embargo hubo unos pocos anticipos en los últimos días, como un momento musical dedicado al chamamé, con unas palabras de Antonio Tarragó Ros, las voces de Teresa Parodi y Elena Roger, el acordeón del Chango Spasiuk, Las Hermanas Vera y músicos especializados y virtuosos como Marcelo Dellamea. Todo un dream-team intergeneracional.
La otra celebración que se había anticipado fue en honor a los 100 años del nacimiento de Astor Piazzolla, con una versión de antología de Vuelvo al sur por Lidia Borda y Julieta Laso.
Según Jay Mammon, el siguiente tema fue un momento de “girl-power total”, dada la presencia de dos figuras femeninas fuertes y de éxito, una histórica como Patricia Sosa y la persona argentina más escuchada en Spotify en la actualidad, María Becerra. Juntas en pleno campo interpretaron Endúlzame los oídos y se complementaron sin fallas.
La periodista Maitena Aboitiz presentó el rubro Mejor Album de Rock haciendo un guiño al Subterranean Homesick Blues de Bob Dylan, y anunció como ganador a Fito Páez, manteniendo muy pareja a la disputa con Nathy Peluso.
El momento Fito Páez de la noche
Enseguida llegó el tradicional recuerdo a músicos y figuras de la industria que murieron durante el último año, donde cada uno pudo derramar una pequeña lágrima por un ídolo “que se fue de gira”. El cierre fue con Willy Crook y Palo Pandolfo.
Un original mash-up conceptual cumbiero se armó con la unión de los temas Una cerveza y Me tomo una cerveza, por Rafaga y Migrantes. Casi enganchado, un desfile de grandes nombres de lo más nuevo de la música urbana hicieron Pupilas lejanas de Los Pericos: Oscu, Luck Ra y Agus Padilla
A medianoche, aún faltaban dos rubros importantes. Uno, votado por el público: Canción del Año, donde ganó Ladrón de Lali eat. Cazzu. El otro, elegido por cientos de votantes invitados por CAPIF a participar, fue Album del Año, cuyo ganador Fito Páez fue presentado por David Lebón.
El rosarino exclamó “¡Carlitos, si supieras que caíste en mis manos todo bañado en oro!” y se declaró muy emocionado por la distinción.
El cierre fue un homenaje a Gilda, con Abel Pintos, Karina y La Delio Valdez cantando Paisaje a todo ritmo.
El balance final de las estatuillas marcó un empate entre Fito Páez y Nathy Peluso, cada uno con cuatro premios. Fito se alzó con un Gardel en Ingeniería, Rock y Productor, además del codiciado Oro. Nathy ganó en Grabación, Álbum/Canción de Música Urbana/Trap, Pop Alternativo y Nuevo Artista.
Fuente: Clarín.