Vendía churros para pagar la universidad: “Tengo el orgullo de decir que mi nieta es abogada”

Días atrás contábamos la historia de Laura Argañaraz, una joven del Barrio 8 de Abril que con mucho sacrificio y el apoyo económico de su abuelo Cucho Peralta, vendedor de churros, se recibió de abogada y con su posteo en las redes sociales emocionó a toda la provincia.

Luego de 7 años y medio, y con ayuda de un compañero que le prestó la computadora, Laura rindió la última materia, Derecho al Trabajo y la seguridad social, el pasado 26 de agosto y aprobó con 9.

“He estudiado gracias a mis abuelos, que pasó años trabajando con su carro frente al monumento de Aguirre en el parque”, relata la abogada sobre su abuelo que trabaja hace más de 30 años. “Él trabajaba por mí, su meta era que yo llegue a recibirme”.

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“El 2020 fue un año difícil para todos, con mis compañeros hacíamos videollamadas para estudiar y nos apoyamos mucho, es importante lo psicológico también”, comenta.

El orgullo de sus abuelos

“Todo lo que hice es poco para ella, porque se esforzó mucho en el estudio y nunca tuvimos que decirle nada”, comienza Cucho, su abuelo churrero. 

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“Como ya soy una persona grande, me enfermé, buscaba que algo me calme y fui a médicos en Tucumán para poder tratarme y poder seguir estando al pie del cañón trabajando para seguir ayudando a mi nieta”, continúa y afirma con la frente en alto: “Trabajando en la calle, tengo el orgullo de decir que hoy mi nieta es abogada”.