Compartió escenarios con Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui e integra desde hace más de 30 años Los Manseros Santiagueños: la increíble vida de Alito Toledo

Cómo todo artista su despertar musical se originó improvisando instrumentos con tarros, palos y cualquier cosa que encontrase en su casa que produjera sonidos que pudiesen combinarse. Alito Toledo no se olvida de esas tardes en el patio de su casa, en el barrio Banfield de La Banda, junto a sus padres, escuchando a grandes artistas en la radio como Los Hermanos Simón, Los Hermanos Ábalos y hasta a los propios Manseros Santiagueños que sin saberlo integraría años más adelante.

A los 7 años comenzó a estudiar guitarra, luego siguió este camino para seguir formándose en música y un año antes de recibirse de profesor de música dejó todo para viajar a Buenos Aires y grabar su primer CD. "Tuve que dejar muchas cosas de mi vida por la música", señala Alito con una voz determinante como la de ese joven que con su guitarra al hombro partía a la gran ciudad con la ambición de hacer realidad sus sueños, sin saber que esa ciudad se transformaría en su segunda casa.

Alito Toledo.

Las Voces del Atardecer fue su primera banda, que se desarmó cuando tuve que volver a Santiago para realizar el servicio militar obligatorio. Luego nacieron Los Quimsa con Musha Carabajal y Guillermo Ocón, "pasó el tiempo y nos separamos, Musha se fue con Los Carabajal, Tuvimos un accidente, en ese accidente muere mí compañero, Guillermo Ocón". Alito no la sacó barata en ese siniestro, sufrió graves lesiones en su cuerpo, motivo por el cual se quedó unos meses en Santiago para priorizar su salud y volver a "la ciudad de la furia" para seguir poniendo a Santiago en la elite del folclore.

De regreso en Buenos Aires, Alito se animó a ser solista, luego volvió a crear Los Quimsa con nuevos integrantes.

Los Quimsa.

Su llegada a Los Manseros Santiagueños

"Un día me lo encuentro a Cuty Carabajal que en ese momento integraba Los Manseros Santiagueños y me dijo, un día yo me voy a ir y quiero que vos estés", relata Alito.

Después de este presagio, Alito no podía calmar su ansiedad de pensar que aquella banda que había escuchado desde niño, le habría las puertas para subirse al escenario con ellos y finalmente sus padres puedan escucharlo cantar por todas las radios. "Un día me avisaron que quedé en el grupo y ahí ya no volví a dormir", dice Alito con una gran carcajada mostrando la felicidad intacta de haber logrado su cometido.

Los Manseros Santiagueños.

Era un 4 de mayo de 1985, Alito cumplía años, pero eso no importaba, ese día debutaba con Los Manseros Santiagueños en un show cerca del estadio de River y luego salían hasta Morón "Yo todavía no entendía lo que estaba pasando". Momentos previos a su presentación Alito se ve rodeado de esos grandes artistas, sabía y sentía que era el momento de dejarlo todo "en ese momento pensaba en mis papás y en la libertad que me dieron para elegir y hacer lo que a mí me gusta", señala con una profunda emoción.

Los Manseros Santiagueños.

Encuentro con grandes músicos

"He vivido y compartido muchas cosas con Los Carabajal, también con don Aparicio Villalba, Pedro Simón. "Santiago del Estero ha sido un faro cultural en el mundo. Los Manseros han tocado por todo el mundo y a cualquier ciudad que iban siempre aparecía un santiagueño pidiendo una chacarera. Del lugar más insólito aparece un santiagueño".

"También tuve la suerte de conocer a Don Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Horacio Guarany, El Chango Nieto, Juan Carlos Saravia, entre otros".

Satisfacciones

Sin lugar a dudas y sin pensarlo demasiado Alito responde que la música le dio muchas satisfacciones, pero la que más lo llenó de felicidad es la de haber podido llevar a sus papás a sus recitales "que ellos me vean cantar en el escenario, para ha sido una satisfacción enorme, por todo lo que ellos me han inculcado".

Los Manseros Santiagueños.

Nuevas generaciones de artistas

Semanas atrás estuvo en el ciclo de La Peña de Morfi, el cantante santiagueño Rusherking, quien interpretó "Eterno amor", un símbolo cultural de Los Manseros Santiagueños.

"A mi me parece algo hermoso que los nuevos artistas hagan esto, porque uno siente que les ha dejado algo. Es asombroso porque esto quiere decir que este chico nos escuchaba desde chico, que en su casa sus padres nos escuchaban".

"Los Manseros le cantamos al amor, al paisaje. Es hermoso subir a un escenario y encontrarse con jóvenes. Por eso que las nuevas generaciones de artistas canten nuestras canciones nos parece algo único".

Alito Toledo hoy ve la vida desde otro lugar, muchos años arriba de los escenarios y de gira (acababa de llegar de Bolivia al momento de la entrevista) lo hicieron reflexionar y disfrutar de cosas que antes en la velocidad de los shows no podía.

En compañía de sus hijos y nietos, aquel niño que jugaba a ser músico en el patio de su casa y que recorrió desde los escenarios más pequeños hasta el Luna Park y el Teatro Colón, tiene clavado en su memoria aquel adiós con sus padres quienes lo apoyaron, para viajar a Buenos Aires y convertirse en el artista consagrado que es hoy, claramente su papá Juan Carlos Toledo y su mamá Fermina Figueroa supieron desde un primer momento que no existe mayor acto de amor para un artista y un hijo que la libertad.