Según un informe, sólo el 13% de los chicos de primaria se dio la tercera dosis. En la secundaria, 4 de cada 10.
La vacuna contra el Covid tuvo una aceptación dispar en los menores de 18 años en Argentina. Después de un primer momento en que primaron las dudas de los pediatras, finalmente hubo una recomendación prácticamente generalizada para que las familias aplicaran las vacunas a los chicos.
Sin embargo, las últimas estadísticas dan cuenta de un gran déficit inmunitario en ese sector de la población. Cabe recordar que la indicación oficial es que niños y adolescentes deben recibir hasta el momento un total de tres dosis. Es decir, el primer esquema más un refuerzo.
De acuerdo a un informe del diario Clarín, los datos del Ministerio de Salud de la Nación indican que poco más de uno de cada 10 chicos del país de escuelas primarias se aplicó el booster. Mientras que en el segmento de la secundaria lo hicieron menos de 4 de cada 10. Y en el de jardín de infantes, apenas 3 de cada 100.
Este viernes, el Ministerio de Salud habilitó además la tercera dosis para los chicos menores de 3 años y mayores de 6 meses, al tiempo que sumó la cuarta dosis (o segundo refuerzo) para los comprendidos entre los 3 y los 17 años.
Concretamente, sobre el éxito de la tercera dosis, la información volcada en el Boletín Epidemiológico de la semana 51, el último publicado hasta el momento, indica que en el grupo entre 12 y 17 años la cobertura alcanzó el 37,9%, en el grupo de 5 a 11 años la cobertura es del 13,3% y en el grupo de 3 a 4 años la cobertura es del 2,7%.
Los porcentajes casi no han tenido modificaciones con el correr de los últimos meses. De octubre hasta el presente sólo ha crecido poco más de un punto porcentual la cobertura entre los 5 y los 17 años. Entre los más chicos ocurrió lo mismo, y si bien la cobertura sigue siendo muy baja, en este caso la suba fue mayor en términos proporcionales.
Desde el comienzo de la pandemia se subestimó el impacto que puede tener el Covid en los chicos, lo que probablemente haya influido en los índices de cobertura vacunal. Entre los 3 y 11 años sólo el 66,2% tiene el primer esquema completo. Entre los 12 y los 17 años, el 81,2%.
Según la base de datos del Ministerio de Salud, desde el comienzo de la pandemia murió de Covid un menor cada tres días. Hubo en total 344 muertes en 1.035 días. De ese total, 24 muertes ocurrieron cuando la letalidad había bajado, entre junio de 2022 y el presente.
Un estudio recientemente publicado en la revista eClinical Medicine, del grupo The Lancet Discovery Science, intenta derribar prejuicios.
El trabajo estuvo a cargo de un equipo de investigadores de Estados Unidos, Australia y otros países. Entre ellos figura Peter Hotez, de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Colegio Baylor de Medicina, en Houston, Estados Unidos.
Los científicos hicieron una revisión de estudios para evaluar la seroprevalencia y los factores determinantes del Covid en niños de todo el mundo.
El disparador del trabajo fue la observación de tasas más altas de hospitalización de personas de 0 a 19 años desde la aparición de la variante Ómicron y sus subvariantes, junto con las persistentes disparidades en la vacunación.
Se incluyeron 247 estudios con 757.075 niños de 70 países. Las estimaciones de seroprevalencia variaron del 7,3 por ciento en la primera ola de la pandemia de Covid al 37,6 por ciento en la quinta ola y al 56,6 por ciento en la última. Las estimaciones de seroprevalencia fueron más altas en los niños de edades más avanzadas.
“Nuestros hallazgos indican que, a fines de 2021 y antes de la ola de Ómicron, alrededor del 50 al 70 por ciento de los niños en todo el mundo aún eran susceptibles a la infección por SARS-CoV-2, lo que enfatiza claramente la necesidad de vacunas más efectivas y una mejor cobertura de vacunación entre niños y adolescentes”, afirmaron.
Argentina fue incluido en el estudio y aparece como uno de los países con mayor seroprevalencia de Covid en chicos, con 47,14 por ciento del universo analizado.
Los científicos atribuyen la mayor seroprevalencia a la “pobreza, más actividad al aire libre, menor educación y conocimiento de los padres sobre las medidas preventivas, hogares y escuelas superpoblados”.
También la vinculan a “tasas más altas de comorbilidades, desnutrición, falta de instalaciones para la educación virtual, tasas de vacunación deficientes, cumplimiento deficiente de los confinamientos en entornos donde los medios de subsistencia dependen los salarios diarios y sistemas de salud frágiles”.
Desde el Ministerio de Salud explicaron por qué vacunar a los chicos: “Si bien la infección por SARS-CoV-2 tiende a ser más leve en esta población respecto de la adulta, pueden enfermar gravemente, requerir internación y ocasionar secuelas. Esto último es más frecuente en quienes tengan alguna afección médica subyacente”.
Agregaron que “a su vez, en caso de infectarse podrían desarrollar complicaciones graves como el síndrome inflamatorio multisistémico, una infección en las que se inflaman diferentes partes del cuerpo”.
Cabe recordar que los menores de 18 años que recibieron las primeras dos dosis lo hicieron con la vacuna de Sinopharm, que tuvo una respuesta inmune menor al resto de las vacunas aplicadas en el país. Los que se aplicaron la tercera recibieron la de Pfizer en su versión pediátrica. Lo mismo ocurrirá con los que ahora se den la cuarta.