El sujeto está acusado de presentarse como policía, fingir una transferencia de 2 millones de pesos y quedarse con dólares de la víctima.
El procedimiento fue realizado en una casa de juegos a las 21,30, previa intervención del fiscal de turno, Martín Silva, personal del Departamento Delitos Económicos y la jueza de Control y Garantías, Sara Harón.
De acuerdo con la denuncia de la santiagueña, el acusado fue identificado como Lucas Menezez, de 30 años, con domicilio en Porto Alegre, Brasil.
La damnificada manifestó que a las 15.30 fue estafa por el sujeto en calle Buenos Aires, entre Avellaneda y Libertad, al presentarse como un funcionario policial de la inteligencia de Brasil y que necesitaba extraer dos millones de pesos.
La maniobra
En el proceso, habría embaucado a la mujer solicitándole que sea la destinataria del dinero, ya que él no podía realizar dicha transferencia, dado a su función que bordearía una incompatibilidad.
Al acceder a su petición, el brasileño habría efectuado la transferencia a nombre de la santiagueña, quien manifestó que la operación figuraba en espera. Ante la demora en la acreditación de la transacción, el extranjero comenzó a exigir que le entregase el dinero, ya que debía realizar un viaje de manera urgente y la santiagueña le entregó U$S 1.600.
Una vez que el brasileño se retiró, y ante la demora de efectivizarse el pago, la mujer preguntó a la cajera de la firma, quien le informó que la transacción fue cancelada por el propio interesado, es decir el brasileño.
Reencuentro
De casualidad, ya en la noche, la damnificada se encontró de nuevo con el sujeto, pero de inmediato requirió la intervención policial.
En efecto, trabajaron integrantes de la Policía Científica, Personal de Delitos Económicos, Robos y Hurtos.
Con la misma inmediatez, la jueza Harón dio luz verde a la requisa del sujeto y de sus pertenencias. La movida policial terminó con el brasileño aprehendido, secuestro del dinero en efectivo y sus pertenencias.
En la requisa, los uniformados incautaron una mochila de color negro, que en su interior contaba con $ 830.000, dos teléfonos celulares, un arma de gas comprimido, entre otros elementos personales.