Santiago del Estero, Miércoles 08
Mayo de 2024
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Opinión y Actualidad

La Libertad Avanza, y, uy, la pobreza también

No caben dudas de que Milei ha sido tocado por una varita, que se posó sobre su cabeza por ser el elegido o, acaso, por error de puntería.

17/02/2024

Por Carlos M. Reymundo Roberts, en diario La Nación
Así y todo, no está exento de atravesar vicisitudes, como cualquier mortal. Venía de ponerse la ley ómnibus de sombrero y, esta semana, al sosiego de un histórico encuentro con el Papa le siguió un encontronazo con Cristina. Maldito sea el destino. Nada menos que con Cristina, que si quiere hablar bien de Milei usa a un periodista militante, Roberto Navarro, alias “Ganó Scioli”, y si necesita sumergirlo en el fango pone su firma al pie. Pero detengámonos ahora en el Vaticano, no en El Calafate, cuya principal atracción –vaya metáfora– es un glaciar que la gente aplaude cuando lo ve caer.

Como sabemos, la suerte de la visita de un presidente a este papa se juega en un instante: el de la foto. Lo que hablen después a solas no tiene ninguna importancia. El mensaje urbi et orbi de Francisco es sonreír o poner cara de qué hago acá con este muñeco. Macri no puede olvidar que le tocó esta segunda expresión, lacónica, y tampoco que antes de la media hora de reunión Bergoglio se puso de pie y le dijo: “Mauricio, un placer”.

La varita volvió a tocar al libertario: Francisco le prodigó su mejor sonrisa, su más cálido abrazo y palabras llenas de cariño. Lo primero que hizo Javi fue disculparse por haberlo llamado Satanás, no hace 20 años sino en plena campaña. Llamar Satanás al Papa es, para decir lo menos, una tremenda osadía, aunque no mayor que haberse candidateado a presidente. “Pecados de juventud”, lo perdonó el Santo Padre mientras le acariciaba la cabeza, esa cabeza poblada de pelos, iras, extravagancias y revoluciones. Al día siguiente, la charla entre ellos fue una delicia. Lo sé por fuentes vaticanas, fuentes argentinas y una pequeña fuente de mármol en la que escondieron un micrófono. “Padre Jorge –empezó Milei–, permítame que vuelva a pedirle perdón”. Hijo mío –lo alivió el Papa–, lo tomo como de quien viene. Quiero decir: de un espíritu volcánico. “Para redimirme, estoy decidido a cambiar nuestra querida Argentina. Si este año nos visita, no la va a reconocer”. Qué interesante. Contame. “Está irreconocible: no hay un peso, caímos en recesión, crece el desempleo, ir a los supermercados es una tortura… La pesada herencia kirchnerista.” Cuánto dolor, Javier. ¿Qué están haciendo para paliar esa miseria? “Bueno, empecé por un decreto y una ley que sientan las bases de un nuevo país. Pero en el Congreso nos encontramos con la resistencia de esa manga de delincuentes, corruptos, hijos de… Perdón, perdón, volví a entrar en erupción”. Calmate y seguí. “Jorge, se necesitaba un ajuste salvaje y, sí, estamos siendo salvajísimos”. Javier, ¡tenés que pensar en los jubilados y en los pobres! “Obvio que no me olvido de ellos: están incluidos en el ajuste”.

Milei declaró después que Francisco había apoyado su plan económico. Nada más lejos de la realidad, por supuesto. Pero ya lo tiene resuelto: la próxima vez que vea al Papa, se vuelve a disculpar.

Cristina reapareció en las redes con un texto de más de 30 páginas –se escribió encima– durísimo contra Milei; lo califica de “showman” y asimila el plan económico del Gobierno al de la dictadura. Venía de elogiar al Presidente a través de Navarro, y no estoy seguro de si urdió esta jugada a dos bandas o de si fue una corrección del rumbo por el desconcierto que había provocado en sus huestes. Un documento interno de La Cámpora, que acaba de filtrarse, instruye sobre cómo ser destituyentes: llama a sumarse a cualquier revuelta que se organice, difundir la idea de que el país está en llamas, publicar videos mala onda en TikTok… Tiendo a pensar que lo de Cris fue premeditado. Me lo confesó años atrás: ese tipo de perversiones la hacen feliz.

Lo llamativo es que aun en plan Maléfica puede resultar graciosa: en su mamotreto pide una reforma laboral, es decir, declararle la guerra a la CGT. Divertidísimo, no me digan. En los 16 años de kirchnerato, reforma laboral era equivalente a sacrificar a los trabajadores, a neoliberalismo, a Fondo Monetario… Milei replicó las críticas con altura: se subió a un banquito para decirle que en materia económica es una ignorante. Javi sabe dónde pegar: de tanto repetir cosas que le soplan, especialmente su gurú Kicillof (de paso: gracias, Kichi, por el 300% de aumento en el impuesto inmobiliario), ella se ha convencido de que conoce una bocha de economía; hasta da clases magistrales. Otra vez: lindo descubrir su veta cómica.

Ayer nos enteramos de que la luz subió 150% y de que se ajustará todos los meses; hay que apagar la luz. Igual los alimentos; hay que comer menos. Igual las prepagas; no hay que enfermarse. También las naftas; caminemos. También el transporte; hagamos dedo. Federico Sturzenegger, el asesor ómnibus de Milei, dice que “hay que empobrecer a los grupos de interés”. Estamos fritos: se proponen incluir a los grupos de WhatsApp.