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Revista

Qué dice Harvard sobre la incidencia del consumo de alcohol en el organismo

Ningún estudio epidemiológico logró confirmar de manera sólida que algún tipo de bebida alcohólica logre reducir de manera efectiva el riesgo de enfermedad cardiovascular.

07/04/2024

La Argentina es uno de los principales productores de vino en el mundo, mientras que además es un territorio con un consumo muy alto de cerveza. Existen muchos mitos acerca de supuestas propiedades beneficiosas de estas dos bebidas alcohólicas para nuestra salud. Particularmente, se dice a menudo que tanto el vino tinto como la cerveza, en cantidades moderadas, podrían tener efectos protectores sobre la salud cardiovascular y se trata de una cuestión que se estudió extensivamente, muchas veces con intereses económicos de por medio.

Aun así, tal y como aclara la universidad de Harvard en un artículo en su portal web, ningún estudio epidemiológico logró confirmar de manera sólida que algún tipo de bebida alcohólica (incluyendo el vino, la cerveza o los licores) logre reducir de manera efectiva el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Según afirma la institución, si bien podría haber ciertas evidencias de que el consumo de alcohol de manera muy moderada podría reducir ciertos riesgos cardiovasculares, es preciso tener en cuenta que aquí influirían aspectos como el patrón de consumo (por ejemplo, si la ingesta está más o menos concentrada en el tiempo) y, recomendaciones como las expuestas en The Dietary Guidelines for Americans del Gobierno de los Estados Unidos, que no aconsejan de ninguna manera que aquellas personas que no beban de manera habitual comiencen a hacerlo, siendo preferible en su lugar adoptar una bebida saludable.

Los supuestos beneficios del vino y la cerveza
Se debe tener en cuenta que el consumo de alcohol, en cualquier cantidad, se asoció a riesgos para la salud tan importantes como una mayor probabilidad de desarrollar numerosos tipos de cáncer.

Esto no quiere decir que el vino o la cerveza no contengan, al margen del alcohol, ciertos compuestos que puedan resultar beneficiosos para la salud. Por ejemplo, el vino es relativamente rico en polifenoles, unas sustancias con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podrían estar relacionados con beneficios a nivel circulatorio o incluso neurológico.

Por su parte, la cerveza también contiene este tipo de sustancias, pero en menor proporción. Con todo, estas sustancias están igualmente presentes y en concentraciones mayores en otros alimentos como frutos rojos, tomate, cebolla morada, arándanos, uvas o, incluso, en las versiones no alcohólicas de la cerveza y el vino. Por ello, a día de hoy no existen evidencias científicas suficientes para recomendar el consumo habitual de ninguna de estas bebidas alcohólicas.

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