Por la época del año crecen las consultas por cuadros respiratorios en niños, sumadas a las provocadas por cuadros de dengue. Un especialista brinda algunas medidas útiles.
En la temporada de otoño siempre suelen incrementarse las consultas médicas por cuadros de problemas respiratorios, sobre todo en niños. Paralelamente, sobre todo en este año, a esto se le suman el importante brote de casos de dengue que se sufre en gran parte del país.
Angel Muratore, médico pediatra, habló con Noticiero 7 y al respecto dijo: “hay un incremento notable en el número de consultas por niños con cuadros respiratorios típicos de esta época del año, inicio del otoño. Estos se caracterizan por la sintomatología típica como congestión, rinitis, dolor de garganta, cuadros respiratorios bajos, bronquitis y tos. Muchas veces a esto se le suman los cuadros de fiebre, con lo cual se puede dar un diagnóstico diferencial, sobre todo por la alta epidemilogía y números de casos que estamos teniendo de dengue”.
“No toda fiebre es dengue”, aclara el doctor y explica: “si bien debemos tenerlo siempre en cuenta, como una posible causa de diagnóstico, esto lleva a la necesidad de hacer un exhaustivo examen físico para corroborar si no hay algún síntoma respiratorio que pueda justificar la fiebre”.
“Hay considerar que ambos cuadros pueden coexistir. El niño puede estar cursando su patología respiratoria típica de este año y sufrir las complicaciones de la picadura de este mosquito”, puntualizó Muratore y señaló que “los niños de la segunda infancia, adolescentes y jóvenes son algunos de los grupos más afectados. En ellos es más obsertable la fiebre, el decaimiento, los dolores musuculares, la falta de apetito”.
A su vez también destacó: “hay que recordar que el dengue tiene sus etapas. Cuando la etapa inicial, que es la febril, termina, pensamos que el cuadro ha también ha terminado y que podemos volver a nuestras actividades; pero en realidad es cuando comienza la etapa crítica, donde un gran número de pacientes evoluciona favorablemente, pero es también donde alguos presentan más complicaciones a causa de la disminución de las plaquetas, por los efectos del tubo digestivo, lo que produce sangrados de encías, nasales, dolores abdominales, por lo que el reposo debe persistir. Hay que tener un dieta liviana, sin descuidar la hidratación, para asegurarnos de que la evolución sea favorable”.