Expertos en Psicología sostienen que se manifiesta una necesidad de figurar, de no perderse nada, evidenciando no solo una obsesión por mantenerse al tanto de las novedades en redes, sino también una comparación constante con la vida de otros.
Los síntomas de FOMO abarcan desde el uso excesivo de dispositivos electrónicos hasta la dificultad de desconexión, generando estrés, ansiedad y una sensación constante de insatisfacción.
El diseño mismo de las redes sociales podría favorecer el surgimiento de FOMO, debido a que estas plataformas están estructuradas de tal manera que fomentan la comparación constante entre los usuarios y sus pares.
Las publicaciones suelen mostrar solo los aspectos más positivos de la vida de las personas, lo que puede llevar a percepciones distorsionadas y a una sensación de que uno está perdiéndose de vivir experiencias similares.
Además, el algoritmo de muchas redes sociales prioriza el contenido que genera más interacción, lo que puede intensificar la sensación de que todos excepto el usuario están participando en actividades deseables.
Esto también puede crear un ciclo donde el miedo a perderse algo incita a los usuarios a pasar más tiempo en línea, exacerbando el problema.