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Junio de 2024
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Opinión y Actualidad

El cambio de época que anuncia Milei choca contra los problemas de la realidad

El Presidente se encuentra frente a dos escenarios complejos y diferentes: de las promesas como la eliminación del Impuesto País y quitar el cepo a una recuperación de los salarios que no se nota.

26/05/2024

Por Edgardo Alfano para TN

Javier Milei parece atravesar dos realidades paralelas en el momento más complejo desde que asumió la presidencia el 10 de diciembre.

Por un lado, está eufórico porque salió en la tapa de la prestigiosa revista Time, usó la polémica con el jefe de Estado español Pedro Sánchez para proyectar su imagen internacional, hizo un acto en el Luna Park donde habló y cantó y hace declaraciones una vez por semana donde se siente cómodo.

La otra realidad lo pone furioso. Es aquella que todavía no le permitió sacar una sola ley desde que llegó a la Casa Rosada, la que tiene en una nebulosa a la Ley Bases, que es un proyecto devaluado de la Ómnibus, con la que imaginó transitar la primera etapa de su poder.

Milei considera que un sector de la oposición dialoguista lo traicionó y es el responsable de haberle torcido el brazo al gobierno para poder darle media sanción en Diputados al proyecto que navega en las aguas convulsionadas de las comisiones del Senado.

Esa furia tiene razón de ser, también, en el frustrado Pacto de Mayo que no pudo firmar con los gobernadores, ayer, en Córdoba.

Debió contentarse con un acto frente al Cabildo, con un discurso tranquilo, moderado, lejos de las frases explosivas y provocativas a los que nos tiene acostumbrados. Sus palabras también tienen dos realidades diferentes.

Lo cierto es que la frustración que vivió por no haber desembarcado en la Docta con los gobernadores, no la perdonará fácilmente, pero asoma el pragmatismo que invade a todo Presidente cuándo no le están saliendo algunas cosas como imagina.

Por eso, puso en sus discursos varias promesas, pero todas para después que se aprueben en el Congreso la Ley Base y el Pacto Fiscal, que están frente a un final incierto.

Milei ya proyecta la creación de un Consejo de Mayo, con representantes del gobierno, provincias, diputados, senadores, sindicalistas y empresarios, para trabajar en distintos proyectos de leyes.

Desde la vuelta a la democracia se intentaron varias fórmulas similares a ese Consejo con otros nombres, como, por ejemplo, un Consejo Económico y Social. Pero tarde o temprano terminaron fracasando. Ahora Milei va por una nueva chance.

Un acuerdo que dé señales de gobernabilidad se reclama en el exterior. Desde el FMI hasta el gobierno de los Estados Unidos, pasando por los grandes inversores que no están dispuestos a depositar su dinero en la Argentina si no encuentran signos de seguridad para sus fondos.

Quizás por eso, Milei volvió con las promesas. Que quitará el cepo, que sacará el impuesto PAIS y también las retenciones. Pero no dijo cuándo. Todo para después de las leyes que quiere del Congreso.

Esa etapa que imagina el presidente se dará posiblemente con algunos cambios en el gabinete, como el propio Milei lo aseguró. Todo dependerá de cómo finalmente salgan las leyes.

Lo cierto es que Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, parece tener todos los boletos comprados para el cohete que lo eyectará de su cargo, a pesar de que lo acompañó a Córdoba.

Lejos quedó la época en que los dos se trataban como grandes amigos. Ahora reina la desconfianza y los reproches por parte del Presidente.

No está claro quienes también tienen chance de abandonar el gabinete. Milei se equivoca si piensa en operaciones de prensa contra sus ministros. Los ruidos y las versiones provienen desde el seno del gobierno nacional. De su entorno.

Con quién no tiene dudas Milei es con su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Al igual que en el Luna Park, no ahorró elogios para su figura. “Gigante”, “crack”, “rockstar”, le dijo.

Todo tiene una razón, el respaldo llega después de una de las semanas más complejas para el gobierno. No salieron las leyes en el Senado, el dólar blue subió, bajaron acciones y volvió a elevarse el riesgo país. Y muchos economistas dudan de cuánto más puede bajar la inflación si en mayo se ubica alrededor del 5 por ciento.

Esto acompañado por una recuperación de los salarios que no se nota, si se compara con lo perdido durante el último año y los efectos de un doloroso ajuste que siente y mucho la clase media. Pero al presidente las encuestas le sonríen y eso es lo que cuenta, por ahora.

A Milei la palabra ajuste no le quita el sueño. Y dice lo que parece incomprobable, que es el ajuste más grande, no solo de la historia argentina, sino de la historia de la humanidad.

En medio de este panorama, hay una voz que se sigue escuchando con fuerza y que le sigue marcando a Milei la otra realidad.

Es el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, un sacerdote de directa llegada al Papa y que suele expresarse en sintonía con lo que piensa Francisco de la Argentina.

En el Tedeum, que el gobierno hubiese preferido se haga en Córdoba, García Cuerva dijo frente a Milei y su gabinete que “la gente está haciendo un esfuerzo muy grande y no podemos hacernos los tontos, hay que responder con hechos”.

Pero fue más allá, el arzobispo sostuvo que “hay parálisis que no se puede postergar en nombre de un futuro prometedor” y manifestó su preocupación por la “malnutrición en la primera infancia” y por los ancianos y jubilados que son “incapaces de sostenerse con un mínimo de dignidad”.

En otras palabras, para el gobierno es todo en nombre del ajuste, pero, para la Iglesia, el ajuste no justifica todo. Hay millones de argentinos inmersos en la pobreza y en la desocupación.