Miriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda, fue una cantante y compositora argentina que dejó una huella indeleble en la música tropical.
El 7 de septiembre de 1996 fue un día trágico para nuestro país. En un viaje a la localidad de Chajarí, Entre Ríos, el colectivo que transportaba a Gilda sufrió un accidente fatal al chocar de frente contra un camión en el kilómetro 129 de la Ruta 12. Llovía y la ruta estaba resbaladiza; el camión, tras morder la banquina, logró estabilizarse en el carril contrario pero no pudo evitar el impacto con el colectivo, que resultó mortal para muchos de los involucrados. Francisco Cagnin, el hijo menor de la cantante, fue el único sobreviviente familiar.
La historia de Gilda: últimos momentos y su última canción
Miriam Alejandra Bianchi, conocida artísticamente como Gilda, nació el 11 de octubre de 1961. Su nombre artístico proviene del apodo "Gil" que le daban sus padres, Omar Eduardo Bianchi e Isabel Scioli. Creció en una familia de clase trabajadora y disfrutaba de la compañía de su abuela en su infancia. Desde pequeña, Gilda mostró interés por disfrazarse y cantar canciones de la radio. A pesar del desagrado de sus padres por el ambiente musical, que prohibieron, ella optó por estudiar danza clásica y más tarde se convirtió en maestra jardinera.
A los 16 años, perdió a su padre y asumió responsabilidades familiares, trabajando como maestra jardinera mientras ayudaba a su madre. Sin embargo, su sueño de ser artista en el ámbito tropical persistió. En 1981 se casó con el empresario Raúl Cagnin y tuvo dos hijos, Mariel y Fabricio. Fue después de cumplir 30 años, al ver un anuncio en los clasificados de un diario buscando vocalista, que decidió seguir su pasión por la música, a pesar de la oposición familiar.
Gilda se unió a la banda y, aunque su familia no estaba de acuerdo, continuó persiguiendo su sueño. Conoció al tecladista de Ricky Maravilla, Juan Carlos "Toti" Giménez, quien se convirtió en su mánager y socio. A medida que su carrera musical avanzaba, se distanció de su trabajo como maestra jardinera. El conflicto con su marido, que se oponía a su carrera musical, llevó a su divorcio en 1994. A pesar de la separación, nunca superó completamente esa relación.
Enfrentó grandes desafíos en la movida tropical, un entorno dominado por hombres que resistía a las artistas femeninas, pero logró abrirse paso y alcanzar una notable popularidad. Su carrera despegó rápidamente, y en menos de un año se convirtió en un éxito absoluto. Con éxitos como "No me arrepiento de este amor", "Fuiste", "Noches vacías" y "Corazones valientes", Gilda recibió discos de oro, platino y doble platino.
Poco antes del accidente, Gilda escribió su última canción, "No es mi despedida", que parece una premonición de su trágico final:
"Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme. No llores, por favor no llores, porque vas a matarme. No pienses que voy a dejarte, no es mi despedida, una pausa en nuestra vida, un silencio entre tú y yo. Recuérdame cada momento, porque estaré contigo, no pienses que voy a dejarte porque estarás conmigo. Me llevo tu sonrisa tibia, tu mirada errante, desde ahora en adelante vivirás dentro de mí... Yo, por ti volveré. Tú, por mí, espérame. No me olvides".