El cobro generó indignación no solo en el banco de Auckland, sino también en Boca, que necesita que los lusos pierdan puntos para aumentar sus chances de clasificación.
En un partido clave para el futuro de Benfica, pero también con la atención puesta desde la concentración de Boca Juniors, los lusos abrieron el marcador ante Auckland City con un penal muy controvertido que encendió la polémica tanto en Orlando como en Nueva Zelanda.
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Cuando se jugaba el minuto 45+(5) del primer tiempo, uno más de lo adicionado por el árbitro Salman Falahi, el argentino Gianluca Prestianni encaró desde la derecha hacia el área y cayó tras una supuesta infracción del defensor Haris Zeb, quien se tiró a barrerlo dentro del área. El juez de Qatar no dudó: penal para Benfica.
La reacción de los jugadores del conjunto neozelandés fue inmediata, con Zeb asegurando que nunca tocó a Prestianni. Las repeticiones de TV confirmaron la versión del defensor: no hubo contacto y, de hecho, el argentino se dejó caer una vez superado el cruce. Sin embargo, y pese a las quejas, Falahi no fue llamado por el VAR para revisar la jugada en la pantalla.
Desde los doce pasos, Ángel Di María ejecutó con categoría, al estilo de su penal ante Boca en el debut, y convirtió el 1-0 parcial con el que Benfica se fue al descanso en ventaja.
El cobro generó indignación no solo en el banco de Auckland, sino también en Boca, que necesita que los lusos pierdan puntos para aumentar sus chances de clasificación. La jugada dejó más dudas que certezas, y suma otro capítulo de controversias en este Mundial de Clubes 2025.