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La Mama Antula recorre México gracias a un muralista santiagueño

Sergio Herrera viajó al país en noviembre del año pasado representando a Santiago en un encuentro de arte público y ahí conoció a Alberto Torres, un apasionado del arte a quien la imagen de la beata le robó el corazón.

14/01/2017

El pasado 27 de agosto de 2016, María Antonia de San José, la Mama Antula, fue beatificada ante miles de Santiagueños. El evento tuvo repercusión nacional e internacional, siento el momento más emotivo de la ceremonia, cuando las palabras del Papa Francisco fueron transmitidas por el Obispo Bokalic.

A partir de ese momento, la figura de Mama Antula se impulsó con mayor fuerza por todo el continente. Miles de fieles conocieron su historia y su camino, y de esta manera se fue ganando el respeto y la devoción de todo el mundo.

Es así que llegó hasta México, gracias a una humilde acción de un muralista reconocido en la provincia. Más que un final, esta historia es el comienzo de algo que no tendrá final, porque en la fe y en el amor no existen limitaciones.

Sergio Herrera es un artista santiagueño, reconocido por participar en distintos encuentros artísticos tanto en la provincia como en otras partes del mundo. En noviembre del año pasado, viajó a México para representar a Santiago del Estero en un encuentro de Muralismo y Arte Público que se desarrolló en distintos puntos del país.

En uno de esos encuentros conoció a Alberto Torres, un reconocido contador del lugar, quien además tiene pasión por el arte y lo acompaña a través de la gestión y el financiamiento de actividades relacionadas. En una oportunidad, invitó al muralista a pasar tiempo con su familia y le abrió las puertas de su casa en Pachuca y otros lugares de Hidalgo.

Días antes de regresar a Argentina, Sergio pensó en hacerle un obsequio a Alberto, a modo de agradecimiento por su hospitalidad. Quiso que aquel regalo tenga algo propio de nuestra provincia, y recordó que en las paredes de la casa había visto varias imágenes religiosas. Pensó en hacerle un dibujo, y cuando abrió su carpeta de dibujos, como cuando suceden cosas que uno piensa “qué causalidad”, apareció la Mama Antula.

Se trataba de un boceto de un mural que el joven realizó en la fundación Mama Antula en Loreto, y estaba sin terminar. En aquel boceto, el artista buscó contar la historia de la beata, y la mostró caminando por el monte, llevando la Palabra de Dios a los pueblos originarios, y no con la cruz en la mano, sino caminando sobre ella, con las manos en su corazón, significando la entrega de amor por el más necesitado.

El día que le entregó el boceto y le explicó que no era una imagen oficial, fue el 12 de diciembre, día en que en México se celebra el día de la Virgen de Guadalupe. Esta coincidencia fue lo suficientemente significativa para ganarse la confianza de Alberto, quien quedó fascinado con su historia y comenzó a buscar información sobre la beata.

“Dicen que no hay coincidencias sino “Dios-cidencias”, conozco de los Ejercicios que tanto promulgó Mama Antula, he vivido 3 retiros de silencio con los hermanos jesuitas aquí en México (de completo silencio), sin dudar, Dios me preparó en cada uno de ellos, porque después de cada retiro venían sucesos importantes a mi vida” indica Alberto en su carta pública donde cuenta cómo llegó a conocer a la beata.

Luego de conocerla, Alberto se sintió tan identificado con ella que decidió difundir su devoción. Es así que hizo enmarcar el boceto y le dio un lugar en su bar de comidas La Karreta, comentándoles a los visitantes del lugar de quién se trataba. Además, como tiene muchos contactos y amigos en el ambiente del arte, le pidió a un escultor que le hiciera la imagen en bulto para poder hacerle un lugar en su pueblo y de esa manera propagar la fe.

A su vez, se encargó de hacer folletería y una página en Facebook en la que está difundiendo entre sus contactos todo lo que está proyectando, y en ella mostró que ya tuvo su primer contacto con Rubén Valdez, presidente de la Fundación Mama Antula en Argentina.

De esta manera, la beata santiagueña extendió su camino a lo largo de América, ganándose la devoción y el amor de cada persona que conoce su historia de fe y su amor por los más necesitados.